De su rotundo ¡ Triunfar !en Pativilca a la gloria de Ayacucho.
Nada mejor en la conmemoración del 24 de julio que hacer una breve reseña de la variada y compleja vida de El Libertador.
Empecemos:
De la puebla de Bolívar a Santa Marta.
Del joven rebelde al control familiar al disciplinado militar.
De esa primera carta plagada de errores ortográficos y fechada en Méjico en 1799 , al Delirio sobre El Chimborazo.
Del primer amor parisino de Fanny—con el amoroso paréntesis de incontables admiradoras—- hasta la Amable Loca.
De la primera y traumática derrota de Puerto Cabello a la gloria de Ayacucho.
Del analista del Manifiesto de Cartagena al estadista de la Constitución de Bolivia.
Del osado e intrépido guerrero del Cartagena al victorioso general de la Campaña Admirable.
Del imperioso y sin alternativa Decreto de Guerra a Muerte al civilizado y generoso Tratado de Regularización de la Guerra.
De las sorpresivas e inesperadas aventuras en el Caribe a la plac idez creadora del Orinoco.
De enfrentar improvisados guerreros , incultos y cerreros a toparse con un general Morillo, experimentado veterano de la guerra contra Napoleón.
Del asfixiante calor de la planicie al gélido y también asfixiante frío de las alturas de Pisba, que engulló incontables pertrechos y patriotas, en el más audaz e inesperado lance del Libertador. O mejor , de Angostura a Boyacá.
De la cristalización de su gran ambición: de Boyacá a Carabobo.
De Carabobo a abrir senderos para la liberación del Sur al logro triunfal de sus planes.
De su rotundo ¡Triunfar! en Pativilca a la gloria de Ayacucho.
De su sueño de integración anfictiónica al fracaso de Panamá.
De ver nacer a su hija predilecta al desencanto de la ingratitud y la traición.
De Fénix de América a la gloria inmarcesible de la inmortalidad.
¡He ahí al Hombre!