Si quieres ver resultados en tu vida, necesitas de Dios
Para el pastor Carlos Miquilena, debemos buscar, creer y honrar a Dios si realmente queremos ver resultados en nuestras vidas.
Dios sin duda es el única capaz de transformar nuestras vidas, expuso el pastor Carlos Miquilena.
En ese sentido y en lo que respecta al mensaje de la iglesia evangélica de este domingo, se remitió a los evangelios.
De ellos se desprende que en toda Galilea no había un pescador más experimentado que Pedro.
No obstante a su veteranía, hubo días en los que no pescó absolutamente nada. Toda una noche en el mar y el regreso a la orilla, exhausto, sin nada que comer.
A pesar de aquella faena desfavorable, se cumplió aquello de que no hay que por bien no venga.
Y eso sucedió cuando Jesucristo se le acercó y le pidió echar de nuevos las redes, esta vez a la derecha.
Jesús estaba seguro que la pesca sería buena y dejó trascender los hechos para confirmar el poder de su palabra.
Pedro cabiló, buscó pretextos como muchos de nosotros hoy día, pero al final obedeció y cuál no sería su sorpresa, que la cantidad de peces rompía las redes.
Mediante su palabra Dios creó los cielos y la tierra, y si activamos esa palabra, experimentaremos cambios. Foto: Carlos García
No somos nosotros, es la gracia de Dios
En aquel instante Pedro entendió que no era con su experiencia, con sus fuerzas o con su sabiduría, sino con Jesucristo, con Dios el frente, como guía.
Desde entonces Jesús lo convirtió en pescador de hombres.
Para el pastor de la iglesia Casa de Adoración Cristiana, Carlos Miquilena, aquel encuentro entre Jesús y Pedro, proporciona una gran enseñanza, vigente hoy en día.
Creer que todo lo que somos y logramos obedece a nuestra fuerza y no a la gracia de Dios, es engañarse.
Para Dios todos somos especiales y merecedores de su gloria.
«Dios nos puso en la tierra, nos dio a cada quien un don, un potencial y una habilidad para que le sirvamos», expuso Miquilena.
En vez de esperar a que las bendiciones caigan del cielo, debemos activar esos dones, lo que Dios nos ha dado para ser bendecidos, expresó.
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Mientras en aquel tiempo Jesucristo le dijo a Pedro que la red no era para guardarla sino para echarlas en el tiempo que él dijera, así es con los talentos que tenemos.
La semilla ni la red se pueden guardar
«Hay que soltar la semilla porque ahí está la fe. Esa semilla no se puede guardar, más aún si queremos experimentar cambios en la vida», sugirió.
Acotó que, igualmente, es necesario creer en nosotros porque difícilmente podamos valorar a otros sino lo hacemos con nosotros mismos.
Debemos confiar en el potencial que Dios nos ha dado. Además, Dios no es hombre de mentir, así que no importa lo que digan los demás sino su palabra.
«Él por medio de su palabra creó los cielos y la tierra, y si activamos esa palabra en nosotros, experimentaremos cambios y bendiciones. La bendición que viene para tu vida no habrá nadie que la pueda impedir o entorpecer»,
exaltó el guía espiritual.
Dios necesita servidores y quien le crea
Aunque las circunstancias del mundo y los eventos cotidianos puedan en algún momento desalentarnos, el pastor Miquilena, dice que debemos ser disciplinados.
Solo así el Señor nos usará como instrumentos, como lo hizo con Pedro a quien convirtió en pescador de hombres», dijo.
Los desafíos son necesarios, más si con ellos se busca engrandecer y glorificar a Dios.
«Los miedosos ni los incrédulos prosperan; Dios busca gente que le crea, que tenga fe y los hace prosperar. Puede que no nuestro inicio en sus caminos no haya sido el mejor, pero si le sirves, te engrandecerá en el campo o la ciudad. Su bendición te alcanzará y seguirá, y tu postrer estado va a ser mucho mejor», predicó el pastor.
Carlos Miquilena recordó una vez más el encuentro entre Jesús y Pedro y el mensaje.
«No es tu experiencia sino con mi palabra que vas a surgir. Queda demostrado que cuando Dios fija su atención en alguien, siembra su palabras, esta permanece en las tablas de nuestro corazón. Dios no deja las cosas por la mitad, él cumple sus promesas y propósitos en nosotros. Lo que es de Dios permanece», finalizó.
