Los estadounidenses recuerdan el 11 de septiembre con momentos de silencio, lecturas de los nombres de las víctimas, trabajo voluntario y otros homenajes 21 años después del ataque terrorista más mortífero en suelo estadounidense.
Este domingo se conmemoran 21 años del atentado múltiple que dejó casi 3.000 muertos en Nueva York, la mayoría en las Torres Gemelas, y en el Pentágono, la sede del Departamento de Defensa. A pesar de los años, la fecha sigue conmoviendo al mundo, que ese 11 de septiembre quedó atónito al ver las noticias de un día que nadie podrá olvidar.
A las 8:46 a. m., el vuelo 11 de American Airlines, con 76 pasajeros y 11 miembros de la tripulación fue secuestrado en el aire por cinco extremistas de la célula Al-Qaeda de Pakistán, chocando minutos después entre los pisos 93 y 96 de la torre norte del World Trade Center de Nueva York.
Mientras que a las 9:03 a. m., el vuelo 175 de United Airlines, que tenía a bordo 51 pasajeros, nueve miembros de la tripulación y cinco terroristas, golpearía la torre sur.
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Un tercer avión, el vuelo 77 de American Airlines, secuestrado también por cinco yihadistas y que transportaba a 53 pasajeros y seis tripulantes tendría un destino similar pero esta vez sería contra la sede del Pentágono, en Washington. Además de los ocupantes del avión, murieron 125 personas en la sede del Departamento de Defensa.
El cuarto avión, el vuelo 93 de United Airlines, cayó contra un campo abierto en Pensilvania ya que sería derribado por la Fuerza Aérea antes de llegar a su destino. Esta aeronave fue tomada por cuatro radicales de Al-Qaeda, que contaba con 33 viajeros y 7 tripulantes.
Durante las labores de rescate realizadas por Policías, Bomberos, Militares y Civiles, la torre sur del World Trade Center se vendría abajo, y poco después se derrumba la torre norte.
En total, el tiempo entre el primer ataque y el colapso de ambas edificaciones fue de 102 minutos, resultando en la muerte de 2.977 personas en los cuatro ataques, incluidos 343 bomberos de los primeros que llegaron a ayudar
Piden justicia
A pesar de que han pasado 21 años, Khalid Shaikh Mohammed, considerado la mente detrás del ataque terrorista y el número tres de al-Qaeda, y otros cuatro hombres acusados por los crímenes cometidos ese 11 de septiembre de 2001, aún siguen en el Centro de Detención de la Bahía de Guantánamo a la espera de juicios que han sido pospuestos una y otra vez.
Estos retrasos —el último apenas hace un mes— generan decepción entre los familiares de las víctimas que han vivido años a la espera de que este proceso les permita hacer un cierre y quizás conocer las respuestas a muchas preguntas sobre el atentado.
Gordon Haberman, cuya hija de 25 años murió en uno de los aviones que fueron secuestrados y estrellados contra las Torres Gemelas, ha viajado cuatro veces a Guantánamo desde su casa en Wisconsin para ser testigo de los procesos judiciales. “Es importante para mí que Estados Unidos finalmente llegue a la verdad sobre lo que pasó y cómo lo hicieron”, dijo a la agencia AP.
En el caso específico de Mohammed, de ser condenado podría enfrentar la pena de muerte.
Uno de los abogados de los acusados junto a Mohammed, James Connell, confirmó a la agencia que las partes aún están intentando alcanzar un acuerdo antes del juicio y que pueda llevar a penas menores pero contundentes.
David Kelley, uno de los exfiscales de Nueva York que dirigió la investigación nacional del Departamento de Justicia, considera que los retrasos en los juicios y el que no haya una condena como una “terrible tragedia para las familias de las víctimas”.
Nueva York recuerda a las víctimas
Los estadounidenses recuerdan el 11 de septiembre con momentos de silencio, lecturas de los nombres de las víctimas, trabajo voluntario y otros homenajes 21 años después del ataque terrorista más mortífero en suelo estadounidense.
Los familiares de las víctimas y dignatarios se reunirán este domingo en los lugares donde los aviones secuestrados se estrellaron el 11 de septiembre de 2001: el World Trade Center en Nueva York, el Pentágono en Arlington, Virginia, y un campo en Pensilvania.
El presidente Joe Biden planea hablar y depositar una ofrenda floral en el Pentágono, mientras que la primera dama Jill Biden tiene previsto hablar en Shanksville, Pensilvania, donde uno de los aviones secuestrados se estrelló después de que los pasajeros y miembros de la tripulación intentaran asaltar la cabina mientras los secuestradores se dirigieron a Washington.
La vicepresidenta Kamala Harris y su esposo Doug Emhoff deben asistir al Monumento Nacional del 11 de septiembre en Nueva York, pero por tradición, ninguna figura política habla en la ceremonia de la zona cero. En cambio, se centra en los familiares de las víctimas leyendo en voz alta los nombres de los muertos, reseñó la Voz de América.
Los lectores a menudo agregan comentarios personales que forman una mezcla de sentimientos estadounidenses sobre el 11 de septiembre: dolor, ira, dureza, aprecio por los socorristas y los militares, llamados al patriotismo, esperanzas de paz, críticas políticas ocasionales y un relato conmovedor de las graduaciones, bodas, nacimientos y la vida cotidiana que las víctimas se han perdido.
Otras comunidades de todo el país celebran el día con vigilias con velas, servicios interreligiosos y otras conmemoraciones. Algunos estadounidenses se están uniendo a proyectos de voluntariado en un día que es reconocido federalmente como el Día del Patriota y el Día Nacional de Servicio y Conmemoración.
Las celebraciones siguen a un aniversario histórico tenso el año pasado. Llegó semanas después del final caótico y humillante de la guerra de Afganistán que Estados Unidos lanzó en respuesta a los ataques.