Un violento tiroteo en concierto, perpetrado por presuntos extorsionadores, interrumpió abruptamente la presentación de la agrupación de cumbia Agua Marina. El saldo, informado por las autoridades, es cuatro integrantes de la banda heridos.
El incidente ocurrió la noche del miércoles en el Círculo Militar de Chorrillos, en Perú. Según informó la Policía Nacional por redes sociales, tras el ataque se activó el «plan cerco», con el objetivo de asegurar el área y evitar la fuga de los responsables.
El general Felipe Monroy, jefe de la Región Policial Lima, declaró a los medios que dos individuos arribaron al lugar en una motocicleta. Se dirigieron hacia la parte trasera del escenario, donde dispararon contra los miembros del grupo musical. Monroy destacó que no se habían tomado medidas de seguridad ni evaluaciones de riesgo para la realización del evento.
En el lugar se encontraron al menos 23 casquillos de bala. Además, se reveló que el concierto carecía de garantías y no contaba con la autorización como espectáculo público, según informó RPP. El general señaló que la Oficina Nacional del Gobierno Interior, encargada de otorgar dichas garantías, no había emitido ninguna resolución para este caso.
Entre los afectados se encuentran los hermanos Quiroga Querevalú, integrantes de la banda. Luis Quiroga recibió tres impactos de bala, uno de ellos en el tórax, y su estado es delicado. Otros heridos incluyen al baterista y al sonidista del grupo; ambos están fuera de peligro según el informe oficial.
El tiroteo generó momentos de pánico entre los asistentes al concierto, quienes intentaron huir despavoridos para protegerse. Algunos grabaron el instante en que comenzaron los disparos.
El incidente también ha motivado reacciones de preocupación por parte del gremio musical. Varias agrupaciones expresaron su solidaridad con Agua Marina. Por su parte, el cantante Dilbert Aguilar manifestó su consternación y exhortó a las autoridades a tomar acción para combatir los crímenes relacionados con extorsiones en el país. Resaltó que estas amenazas son una realidad que deja a los artistas «desprotegidos y llenos de temor».
Con información de 2001
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