El despliegue militar de Estados Unidos (EE.UU.) en el mar Caribe se amplió con la incorporación del USS Gerald Ford, el portaaviones más grande del mundo, acción ordenada por el presidente Donald Trump en octubre.
Acción criticada por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos por considerar que representa una amenaza a la región declarada una zona de paz desde hace una década.
La jurisdicción de esta operación abarca Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, y según el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, el objetivo es «reforzar la capacidad de los EE.UU. para detectar, monitorear y desbaratar actores y actividades ilícitas que comprometan la seguridad y la prosperidad de la patria».
El USS Gerald Ford, en servicio desde 2017, cuenta con un reactor nuclear y puede albergar más de 75 aeronaves militares,.
Incluidos cazas F-18 Super Hornet y los aviones de alerta temprana E-2 Hawkeye.
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En fases iniciales del despliegue, frente a las costas de Venezuela, se movilizaron buques de guerra.
Un submarino, aviones de combate y tropas con la supuesta misión de combatir el narcotráfico en América Latina y el Caribe.
Con información de Globovisión



