La Primera Ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, afirmó que su nación no sería utilizada para ataques de EE.UU. a Venezuela, en un contexto de tensiones en aumento en el Caribe.
La declaración se dio durante una rueda de prensa en su residencia de Glencoe, en respuesta a las críticas del ex Primer Ministro Keith Rowley. Este último cuestionó la postura del gobierno frente a la creciente actividad militar estadounidense en la región y los ejercicios conjuntos realizados con la Fuerza de Defensa nacional.
Persad-Bissessar aseguró que el territorio del país no se empleará para agredir al pueblo venezolano. Subrayó que Trinidad y Tobago es un Estado soberano cuya política exterior prioriza sus propios intereses nacionales. Además, reiteró el compromiso de la nación con iniciativas internacionales para combatir el narcotráfico y el tráfico de armas sin poner en peligro la paz con Venezuela.
La mandataria señaló que, pese al derecho de Rowley a opinar como ciudadano, los hechos hablaban por sí solos. Recordó que durante su administración se firmó un acuerdo que facilitaba la colaboración en entrenamientos con fuerzas estadounidenses. Sin embargo, aclaró que este nunca permitió ni dará lugar a operaciones militares contra Venezuela.
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El ministro interino de Asuntos Exteriores y de la CARICOM, Barry Padarath, junto a la ministra de Obras Públicas e Infraestructura, Jearlean John, respaldaron las declaraciones de Persad-Bissessar. Consideraron las críticas del ex Primer Ministro como un intento de obtener protagonismo político. Padarath destacó que el gobierno actual ha actuado activamente en las relaciones bilaterales con Estados Unidos y Venezuela. Mientras, la oposición no presenta argumentos sólidos sobre la soberanía nacional. Por su parte, John calificó los comentarios de Rowley como irrelevantes y sugirió que debería enfocarse en otros asuntos tras su derrota electoral.
En respuesta, Rowley negó haber firmado ningún acuerdo que permitiera operaciones militares estadounidenses contra países vecinos. Explicó que el Acuerdo de Estatus de Fuerzas (SOFA), vigente desde 2007 y actualizado en 2024, regula únicamente la presencia temporal de personal militar estadounidense en Trinidad y Tobago. Asimismo, la realización de ejercicios conjuntos. Esto sin obligar al país a involucrarse en conflictos exteriores ni a infringir principios establecidos por la Carta de la ONU.
Rowley insistió en que cualquier decisión futura sobre conflictos entre Estados Unidos y Venezuela estará bajo el control exclusivo del gobierno actual. Recordó la tradición de no intervención mantenida por su partido y enfatizó la importancia de preservar el Caribe como una región de paz.
Con información de Globovisión
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