El papa León XIV concluyó su visita a Líbano con un mensaje claro y firme: instó a todos los actores de Medio Oriente a poner fin a las hostilidades y a abandonar la lucha armada, un medio que, según él, no puede traer ningún beneficio real.
Este llamado a la paz, realizado en el aeropuerto de Beirut antes de regresar a Roma, fue el discurso más contundente de su viaje.
«Que cesen los ataques y las hostilidades. Nadie debe creer que la lucha armada lleva a la paz. Las armas matan, pero el diálogo, la mediación y la negociación son los verdaderos caminos hacia la paz», afirmó el pontífice.
Su mensaje fue aún más relevante tras el reciente ataque de Israel en el sur de Beirut, que violó la tregua firmada el año pasado. El ataque, que resultó en la muerte de un miembro de Hezbolá, dejó en evidencia las tensiones latentes en la región.
León XIV pide paz para el Medio Oriente
El Papa, quien había recibido una carta abierta de Hezbolá antes de su llegada, enfatizó la necesidad de un compromiso genuino con la paz, incluso entre aquellos que hoy se consideran enemigos.
El obispo de Roma también expresó su profunda emoción al haber cumplido el deseo del papa Francisco de visitar Líbano, un país que atraviesa una compleja crisis política y social.
«Llevo conmigo el dolor y la sed de verdad y justicia de tantas familias libanesas», afirmó, refiriéndose a la tragedia de la explosión en el puerto de Beirut, que en 2020 dejó más de 200 muertos y miles de heridos.
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A pesar de los esfuerzos por esclarecer la causa de la explosión, las investigaciones siguen estancadas, lo que genera un sentimiento generalizado de injusticia y frustración en el país.
A lo largo de su visita, León XIV evitó hacer comentarios directos sobre la situación política interna del Líbano, pero al despedirse, hizo un gesto de solidaridad con aquellas regiones del país que no pudo visitar, como Trípoli, el sur y la región de la Becá.
Con información de Versión Final



