La diabetes o glicemia alta ha experimentado un aumento significativo a lo largo de las décadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En 1980, 108 millones de personas vivían con esta enfermedad, cifra que se elevó a 422 millones en 2014.
Es esencial comprender los síntomas asociados con niveles elevados de azúcar en la sangre, ya que podrían indicar un riesgo inminente de padecer esta afección.
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El cuerpo emite señales claras cuando el azúcar en la sangre alcanza niveles elevados, señales que no deben subestimarse para prevenir complicaciones.
Algunos síntomas reveladores incluyen:
- Necesidad frecuente de orinar: Este síntoma puede interrumpir el sueño y provocar despertares nocturnos.
- Sed constante: La sequedad en la boca y la piel, junto con la necesidad constante de beber líquidos, pueden indicar hiperglucemia.
- Problemas visuales: La visión borrosa y los daños oculares irreversibles son posibles consecuencias de altos niveles de azúcar en la sangre.
- Hormigueo en manos y pies: Sensaciones de hormigueo o debilidad en las extremidades pueden ser señales de advertencia.
- Retardo en la cicatrización de heridas: La alta glucosa en sangre puede afectar la circulación sanguínea, provocando una curación más lenta de cortes y heridas.
- Vulnerabilidad inmunológica: Las heridas sin cicatrizar aumentan el riesgo de infecciones y complicaciones.
Es crucial prestar atención a estas señales y adoptar medidas para controlar los hábitos que puedan estar contribuyendo a niveles anómalos de azúcar en la sangre.
Esto con el fin de prevenir problemas de salud más graves relacionados con la diabetes.
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