Amnistía Internacional denunció que las fuerzas de seguridad de Irán han matado al menos a 52 personas desde el inicio hace dos semanas de las protestas.
Documentos gubernamentales filtrados muestran que Irán le ordenó a sus fuerzas de seguridad que “confrontaran enérgicamente” las protestas antigubernamentales que estallaron este mes, dijo el viernes Amnistía Internacional.
El grupo de derechos humanos con sede en Londres denunció que las fuerzas de seguridad han matado al menos a 52 personas desde el inicio hace dos semanas de las protestas por la muerte de una mujer detenida por la policía moral, incluso al disparar sus armas de fuego contra muchedumbres y al golpear a manifestantes con porras.
Agregó que los agentes han golpeado y manoseado a mujeres manifestantes que se quitan los pañuelos islámicos para la cabeza a fin de protestar por el tratamiento a las mujeres por parte de la teocracia.
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La muerte de Mahsa Amini, que fue detenida por presuntamente llevar demasiado suelto el pañuelo islámico, ha desatado una ola de furia contra los clérigos que controlan el país.
Su familia dice que alguien le dijo que Amini fue asesinada a golpes mientras estaba detenida. La policía alega que la mujer de 22 años murió de un ataque cardiaco y niega haberla maltratado. Las autoridades dicen que investigan la muerte.
Los líderes de Irán acusan a entidades extranjeras hostiles de aprovecharse de la muerte para fomentar descontento contra la República Islámica y califica a los manifestantes de revoltosos, diciendo que numerosos agentes de seguridad han muerto.
Amnistía Internacional dijo haber obtenido una copia de un documento oficial que decía que el Cuartel General de las Fuerzas Armadas le ordenó a los comandantes el 21 de septiembre que “confrontaran enérgicamente a los revoltosos y antirrevolucionarios”.
El grupo dice que el uso de fuerza letal escaló entonces, con al menos 34 muertos solamente esa noche.
Añadió que según otro documento filtrado, el comandante de la provincia de Mazandran ordenó dos días después a las fuerzas de seguridad que “confrontaran sin misericordia, hasta causando muertes, cualquier disturbio por parte de revoltosos y antirrevolucionarios”, aludiendo a aquellos puestos a la Revolución Islámica de 1979, que llevó a los clérigos al poder.