Un exchofer chino, de 35 años, que se niega a trabajar y casarse, vive de forma ermitaña en una cueva desde hace cuatro años.
El hombre, identificado como Min Hengcai, de la provincia de Sichuan, en el suroeste de China, dejó un trabajo como conductor de un servicio de transporte urbano y regresó a su pueblo.
Según su testimonio, citado este miércoles por The South China Morning Post, el empleo le parecía «insignificante».
Anteriormente, trabajaba 10 horas diarias para pagar una deuda de 42.000 dólares que aún no pudo saldar. Tras perder la esperanza, intercambió su terreno con un vecino, que era solo una cuarta parte del tamaño del suyo.
La razón del canje yacía en que, de esa manera, podía utilizar la cueva que estaba al lado.
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Desde entonces, ha gastado 6.000 dólares para construir su nuevo hogar en la caverna de 50 metros cuadrados a la que llama «agujero negro», puesto que, para él, representa todo su universo y para recordarse a sí mismo de su insignificancia.
Según sus palabras, su nuevo estilo de vida es todo lo que soñaba cuando trabajaba como chofer.
Con información de RT
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