Muchas personas, incluyendo niños, han sido diagnosticadas recientemente con cuadros de cólicos, fiebre, dolor abdominal, diarrea y vómitos.
Los cuadros diarreicos que se han estado presentando en varias comunidades del país en las últimas semanas podrían estar siendo causados por la bacteria salmonella. Así lo advirtió Patricia Valenzuela, vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología.
Durante una entrevista en una emisora nacional la infectóloga e internista explicó que muchas personas, incluyendo niños, han sido diagnosticadas recientemente con cuadros de cólicos, fiebre, dolor abdominal, diarrea y vómitos.
Aunque estos síntomas también son generados por virus, Valenzuela señaló que la contaminación del agua y los alimentos con la bacteria salmonella también puede generar estos cuadros.
Indicó que cuando una persona presenta salmonelosis puede complicarse con diarrea con sangre y vómitos. Asimismo, se pueden generar llagas en la boca, manos y pies, aunque no es un síntoma frecuente.
Valenzuela explicó que la salmonella es una bacteria que se transmite fecal-oral. Esto sucede cuando se contaminan con heces las aguas o los alimentos que no son bien lavados.
Puedes leer: ¿Qué pasa cuando tienes un orgasmo?
«Hay que evaluar la calidad del agua con la que se lavan las manos y los alimentos como vegetales y pollo. El agua no se debe usar si tiene olor, color o sabor, ni siquiera para su higiene personal», dijo la especialista.
Destacó que los alimentos contaminados con salmonella no tienen mal olor ni mal aspecto, generando confusión en la población, lo que hace más necesaria la prevención y el lavado de la comida.
La infectólogo también insistió en que se debe verificar si la higiene de las manos se está haciendo de forma adecuada, antes, durante y después de manipular los alimentos.
Recomendó usar una tabla para cortar cada tipo de alimento, de forma de evitar la contaminación cruzada, así como lavar adecuadamente los utensilios de la cocina.
En cuanto al agua, explicó que se debe hervir hasta 10 minutos para eliminar todo tipo de microorganismos, y luego filtrarla con ayuda de un colador o tela blanca para que los residuos sólidos restantes se queden allí. Luego se debe almacenar, recomendablemente en frascos de vidrio, o en plástico de colores claros.
También se pueden utilizar filtros, tabletas purificadoras y cloro puro, no perfumado ni jabonoso, para tratar el agua.
Valenzuela dijo que por lo general la salmonelosis suele autolimitarse, por lo que las personas no requieren antibióticos. Sin embargo, los casos más graves sí pueden requerir de un tratamiento más fuerte.
Con información de El Nacional