La protesta, que incluye bloqueos de vías, tiene como epicentro la provincia andina de Cotopaxi (centro) y alcanza a otras del país.
Las protestas indígenas iniciadas el lunes en Ecuador bajaron de intensidad con menos eventos de conflictividad en su tercer día de movilizaciones, informó el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez.
“Nos alegramos que no ha habido desmanes ni actos vandálicos que lamentar hoy, la beligerancia de los grupos también ha disminuido”, dijo Jiménez en conferencia de prensa en el Palacio de Gobierno en la ciudad de Quito.
El funcionario evaluó la jornada de este miércoles después de participar en una reunión del Comité de Seguridad liderado por el presidente, Guillermo Lasso, para analizar el desarrollo de las manifestaciones.
Las protestas fueron convocadas por tiempo indefinido por la opositora Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), para exigir al Gobierno la reducción del precio de los combustibles, control de precios de los productos agrícolas, empleo, entre otras demandas.
Jiménez, reiteró que el Gobierno sigue apostando por el diálogo con los sectores descontentos, además de que varias organizaciones han propuesto “mediar” para facilitar acuerdos entre las partes que permitan poner fin a la protesta.
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“La apertura al diálogo será siempre y cuando se haga con respeto, en el marco del Estado de Derecho y en respeto irrestricto a la Ley y a los procedimientos legales”, indicó Jiménez.
Esa postura fue ratificada por el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, quien a través de su cuenta en la red social Twitter dijo que están abiertas las puertas al diálogo, pero que no cederá “ante grupos violentos que pretenden imponer sus reglas”.
“Coordinamos acciones que atiendan los pedidos de las distintas organizaciones sociales. No podemos permitir la violencia ni caos en un país que se está reactivando luego de dos años de pandemia”, escribió el mandatario.
La protesta, que incluye bloqueos de vías, tiene como epicentro la provincia andina de Cotopaxi (centro) y alcanza a otras del país, entre ellas, Pichincha donde se ubica la capital Quito.
El martes se registró una escalada de violencia con actos vandálicos y la destrucción de bienes públicos y privados, así como la toma de pozos petroleros por comuneros.
Hasta el momento, las protestas han dejado más de 20 detenidos y 15 patrullas policiales destruidas, según las autoridades.