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jueves, abril 25, 2024

Barbie: la mujer más poderosa de la cultura pop


En 1956, Ruth Handler se encontraba de viaje por Europa. Un recorrido largamente anhelado y que la llevó a visitar buena parte de las capitales del continente.

Pero la futura empresaria solo recordaría un momento específico de la experiencia de casi seis meses.

En Alemania y mientras compraba guantes, pasó frente a un aparador en el que la muñeca Bild Lilli, basada en un personaje de dibujos animados del periódico alemán Bild, se exhibía como objeto de colección.

A diferencia de la mayoría de los juguetes para niñas norteamericanos  — basados en el mundo doméstico — esta era la efigie de una mujer adulta. Con un traje de baño ajustado, maquillaje y zapatos altos, era la antítesis de la inocencia. En lugar de eso, Handler diría después que tenía la apariencia de “alguien con experiencia, preparada y dispuesta a correr riesgos”.

Ruth Handler, la creadora de Barbie. Foto/Cortesía

La que se convertiría en uno de los objetos más icónicos de la cultura pop contemporánea, comenzó como una idea levemente caótica.

Handler compró una Bild Lilli y la llevó al hotel. Para entonces y después de algunas preguntas, ya sabía algunas cosas acerca de su origen.

No era infantil  — era, de hecho, más parecida a un objeto erótico — , pero tenía la particularidad de crear su propio mundo. Tenía su propia línea de ropa, zapatos e incluso un tocador. A la vez, era barata: plástico con cabellos de nilón. Lo realmente costoso era todo lo que podía comprarse para aumentar la colección.

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Barbie: la llegada de la chica de ropa rosa al mundo del juguete

Pero la idea de la diseñadora era mucho más ambiciosa que solo crear mejores juguetes que la competencia. Incluía construir un universo expansivo en el que un personaje pudiera ser el centro de historias.

La personalidad de Bild Lilli, definida, extraña y atípica, era en exceso europeo para la conservadora moral estadounidense.

Pero la idea de una chica moderna, capaz de tomar decisiones y tener la vida adulta, fascinó a Handler.

Le llevó por la ruta de delinear la que se convertiría en uno de los triunfos de marca más apoteósicos que se recuerde en la historia industrial de Estados Unidos y probablemente del mundo.

El largo camino al éxito de Barbie

Por supuesto, Ruth Handler no sabía a qué se enfrentaba y que tipo de oposición encontraría. En 1945, la recién creada Mattel se convirtió en una empresa que asumió el riesgo de confeccionar muñecos muy distintos al resto de su competencia.

Para 1990, la marca Barbie abarcaba más de 20.000 productos distintos y más de 30 muñecas. Foto/Cortesía

La innovación comenzó por una arma de plástico, que además reproducía el sonido realista de un disparo.

Aunque había productos similares en las jugueterías, el de la marca Mattel podía desmontarse  — y volver a armarse —  en formas novedosas. Lo que lo convertía en un juguete nuevo a cada oportunidad.

Barbie: la reina de todas las muñecas

La muñeca Barbie, tal y como se conoce en la actualidad, llegó a la cultura pop en 1959, cuando Mattel la presentó en la Feria Internacional del Juguete de Nueva York.

Con su aspecto juvenil, ropa llamativa y sin ninguna intención de promover valores tradicionales del hogar, despertó revuelo.

Se criticó a Mattel por su osadía y, en especial, a Ruth Handler por lo que se llamó una “perversión” del concepto de las muñecas lo que provocó que ninguna marca ni mucho menos agencias de publicidad en Estados Unidos se arriesgaran a invertir en ella.

Maestra, profesora universitaria, periodista, nadadora, astronauta, escritora, médico, bailarina. Barbie comenzó a mostrar todo lo que una mujer podía hacer y, en especial, a todo lo que podía soñar. Foto/Cortesía

Para 1990, la marca Barbie abarcaba más de 20.000 productos distintos y más de 30 muñecas.

Para principios de milenio, el número de ambas cosas se duplicó. Lo que también abrió un abanico de posibilidades culturales, sociales y conceptuales con respecto a su aspecto físico y lo que podía representar.

Entonces Barbie perdió su clásica figura esbelta en beneficio de otra más realista. Y aunque jamás abandonó del todo su esbelta belleza de adolescente divertida, como la llamó su creadora, se hizo mucho más universal y alegoría del crecimiento del concepto acerca de lo femenino en la cultura pop.

Con información de El Nacional

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