Empiezan a acabarse las excusas para una “Juve” que echa de menos a Di María y Chiesa y que no ha podido contar todavía con Pogba.
La reacción en el segundo tiempo no fue suficiente para completar la remontada ante un Salernitana que alarga con este empate (2-2) la agonía futbolística de un equipo turinés que ocultó con un arreón final y con la polémica invalidación del que hubiera sido el gol de la victoria su versión más incapaz, sin una idea de juego definida y defensivamente desbordado ante un equipo teóricamente inferior.
Empiezan a acabarse las excusas para una “Juve” que echa de menos a Di María y Chiesa y que no ha podido contar todavía con Pogba.
Especialmente para Massimiliano Allegri, muy cuestionado tras las últimas actuaciones de un Juventus totalmente desnortado cuyo único brote verde sigue siendo Vlahovic, casi siempre aislado, intentando redirigir el rumbo de esta nave a la deriva.
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Fue muy superior el Salernitana en la primera mitad, con un juego atrevido, vistoso y valiente que desarboló el esquema juventino. Tanto que, en el minuto 20, el conjunto de Salerno se adelantó en el marcador.
Cuadrado midió mal en un cambio de orientación del rival y no acertó a despejar con la cabeza, dejando el carril entero a Mazzocchi, que pisó área y, con una buena finta sobre McKennie, abrió hueco para sacar un centro potente que remató Candreva en boca de gol. Revisó el VAR una posible mano, pero el tanto era legal. Empezaba el desastre en Turín.
Despertaron
Reaccionó la “Juve” por medio de Vlahovic, que consiguió hacerse fuerte entre la zaga visitante y sacó un buen disparo que acabó en el fondo de la red. El asistente levantó la bandera por posición irregular del serbio, gol anulado. La frustración del ariete y de la “Juve” fue en aumento.
Mazzocchi continuó llevando el peligro por la banda izquierda, superando a Cuadrado y la “ayuda” de un Kean que fue pasado de revoluciones y provocó varias faltas peligrosas.
Salernitana, letal
El dominio del Salernitana fue un clamor en un primer acto que terminó con el 0-2. El VAR intervino de nuevo para avisar al árbitro de una mano de Bremer que había desviado un remate de Piatek que iba a puerta. Penalti que convirtió el propio Piatek y que dejó a la “Juve” prácticamente sentenciada.
El segundo tiempo fue otro partido. Despertó el conjunto de Allegri, que dio entrada a Milik, y consiguió recortar rápido distancias con un testarazo impecable de Bremer a centro de Kostic. El central brasileño se redimió de su error en el primer tiempo.
El Salernitana fue una sombra de lo que fue en el primer tiempo, y adoptó el papel de supervivencia, ese que se presupone casi cualquier equipo de la Serie A adoptaría ante la “Juve”. Al menos hasta hace no mucho fue así. Los locales se hicieron grandes, pero al mismo tiempo fue creciendo el nerviosismo.
En el minuto 90 Alex Sandro cayó derribado dentro del área. Penalti claro que podía salvar los muebles de la “Juve”. Tomó la responsabilidad el capitán, Bonucci, que erró en primera instancia pero favorecido por el rechace definió a placer para empatar la contienda.
Se desataron los locales
El Salernitana se hundió por puro empuje de la “Juve” y llegó la condena. Milik completó su gran noche con un remate de cabeza al primer palo en un saque de esquina en el minuto 94.
Celebró el Juventus Stadium, Milik se quitó su camiseta guiado por la emoción del momento y fue expulsado. Inexplicablemente para los jugadores, había que revisar la jugada. Bonucci podía estar en fuera de juego.
La tensión se apoderó de los 22 jugadores de campo y de ambos banquillos. Fazio y Cuadrado tuvieron un enfrentamiento que frenó al colegiado en su camino al monitor del VAR, mientras que Bonucci y compañía intentaban separar al gran tumulto que se había formado.
Cuando pareció calmarse el ambiente, el árbitro reemprendió su camino y tras ver la jugada repetida decidió anularla por fuera de juego posicional de Bonucci, que no tocó el balón pero hizo el intento de rematar.
A juicio del árbitro, suficiente para ser considerado interferencia en el juego. Celebró el banquillo visitante, protestó el local.
La tangana se reactivó. A la expulsión de Milik por un gol que no subió al marcador, se unieron la de Fazio y Cuadrado, y la de Allegri. El partido llegó a su fin en el minuto 101, con empate en el marcador y la polémica servida. Una polémica que tapó el opaco partido de una “Juve” sumida en una gran crisis de juego.