Después de más de 10 días y 10 noches de alfombras rojas, Venecia y su 79ª edición echan el cierre. Han sido jornadas de cine y moda.
Después de más de 10 días y 10 noches de alfombras rojas, Venecia y su 79ª edición echan el cierre. Han sido jornadas de cine y moda en las que los fans de las estrellas han podido disfrutar de ellas sin restricciones tras unos años muy complicados.
Ha sido una edición de muchos aciertos y pocos errores en los que la moda ha estado a la altura de las circunstancias.
En estas finales horas han vuelto a triunfar dos mujeres que en los últimos días casi han sido omnipresentes Julianne Moore y Cate Blanchett. Las dos actrices han despedido el festival con sendos vestidos de fiesta negros, dos aciertos que han demostrado que las intérpretes que visten de negro, en vez de apagarse, brillan más.
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Junto a ellas, famosas italianas que prácticamente han pasado desapercibidas ante dos astros de tal nivel, y también ha posado la modelo como Elsa Hosk, que también han apostado por el negro.
Cate ha reinado todos estos días con looks de Armani, algo normal teniendo en cuenta que es la imagen de su perfume Sí. Pero esta noche, además de por su vestido que ha despertado todo tipo de alabanzas de los fans que la esperaban a la puerta de su hotel y del recinto de la Biennale, la actriz ha provocado todavía más admiración porque lo ha hecho acompañada de su hija pequeña Edith, que también estaba perfectamente vestida para la ocasión.
La actriz ha apostado por un diseño de color negro con una pieza superpuesta con mangas globo y un efecto capa que proporcionaba una silueta etérea y única. Debajo, un vestido con tirante a un hombro, recogido en la cadera, que ha sido un cierre perfecto para estos días en los que la australiana ha sumado un acierto tras otro.
Con información de Vanitatis
