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jueves, noviembre 14, 2024

Cómo cuidarse para cuidar

En el cuidado centrado en la persona, debe tratarse como punto central “la comunicación” siendo uno de los aspectos que mayor ocupación que debe tenerse en el cuidado.


Muchas veces hemos encontrado casos de personas que cuidan a personas, ya sea familiar o por cuestión profesional, pero en fin es cuidar. Para ejercer la labor de cuidado es preciso comenzar por una filosofía de atención personal, y en mí criterio, “no podemos dar a otros aquello que no podemos darnos a nosotros mismos”, por eso debemos preguntarnos ¿Cómo puedo cuidar a otro si no me cuido a mí mismo(a)?.

En un texto de Pilar Rodríguez y otros (2014) titulado “Cuidar, Cuidarse y sentirse bien: Guía para personas cuidadoras según el modelo de atención integral centrada en la persona”,se presenta una serie de aspectos que deben considerarse al momento del cuidado, uno de ellos es el Apoyo social y el apoyo informal este se basa en la atención que se obtiene de familiares, amistades, vecinos, compañeros de asociación entre otros por lo general existe un nexo afectivo entre ambos; a estas redes de apoyo se le conoce también cómo “redes sociales de proximidad”.

En ocasiones, este apoyo ofrece una ayuda al cuidador informal que es la persona familiar o no que cuida a otra persona con necesidad o dependencia; sin embargo, hay que estar claro que tener familiares y personas alrededor no garantiza el apoyo social como tal.

Como principio básico del cuidado están la dignidad, la autonomía, el derecho a decidir sobre su propia vida, respeto, consideración, compromiso, empatía, independencia, comunicación, entre otros; todos ellos deben generar bienestar tanto para quien cuida como quien es cuidado.

En el cuidado centrado en la persona, debe tratarse como punto central “la comunicación” siendo uno de los aspectos que mayor ocupación que debe tenerse en el cuidado, dicha comunicación debe basarse en la“actitud  empática” conocida como aquella capacidad que tiene la persona en ponerse en el lugar de la otra; también se encuentra la promoción de la autonomía en las actividades de la vida diaria (comer solo, vestirse, bañarse…) de modo que se propicie también el reconocimiento del control sobre la propia vida.

Otro aspecto a referir es el “autocuidado”,  es necesario cuidar las señales de nuestro cuerpo por ejemplo problemas de espalda, insomnio, tristeza, depresión, olvido, distracción entre otros.

Para evitar esto es necesario mantener hábitos saludables comenzando por ocuparnos en actividades de esparcimiento leyendo un buen libro o visitando a un amigo, ir al cine, asistir a grupos organizados en la comunidad, mantener buen humor, escribir, hablar con los familiares, alimentarnos bien.

Como punto de reflexión quiero acotar que es necesario considerar al cuidador como persona que también debe ser cuidada, por eso, no tengan miedo en decir NO ante una situación de cuidado que sobrepase la atención como tal, también es preciso ofrecer apoyo al cuidador en la tarea de cuidado que en muchos casos por temor a ser negada no siempre lo piden.

Laura Arismendi
El periodismo...mi forma de vida.

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