“Por favor envíen ayuda, hay una persona disparando en la tienda”, pero el empleado que recibió su llamada le indicó que no le escuchaba.
Un operador de un centro de llamadas de emergencias en Nueva York fue despedido por haber manejado mal la llamada que hizo una empleada del supermercado de Búfalo donde ocurrió un tiroteo el 14 de mayo pasado, que dejó 10 muertos y 3 heridos, en su mayoría negros.
Al trabajador, que no han identificado, lo despidieron el jueves. Esto tras estar en una licencia administrativa pagada desde el 16 de mayo, según confirmó a la CNN el Departamento de Personal del condado de Erie, al que pertenece Búfalo.
Latisha Rogers, gerente del supermercado Tops, donde ocurrió el tiroteo, le dijo a CNN que se encontraba trabajando cuando un joven blanco de 18 años —identificado como Payton Gendron— entró al establecimiento y comenzó a disparar.
Detalles del tiroteo en Nueva York
La empleada recordó que estaba en el área de servicio al cliente junto a dos compañeros de trabajo y que hablaba por teléfono con un cliente cuando escuchó fuertes explosiones, una tras la otra, indicó a la cadena de televisión.
«Miré por la ventana y vi a esta clienta, esta señora con su carrito de compras, simplemente se detuvo, y tenía una expresión realmente divertida en su rostro, y luego se volvió para correr», indicó.
Señaló además a CNN que siguieron escuchando los «boom, boom, boom» y que «todo lo que podíamos hacer era tirarnos al suelo».
Mal manejo por parte del operador que recibió la llamada
La empleada se escondió detrás del mostrador del servicio al cliente «rezando para que no me viera (el atacante)». Luego de esto tomó su móvil y llamó al centro de emergencias 911.
«Por favor envíen ayuda, hay una persona disparando en la tienda», pero el empleado que recibió su llamada le indicó que no le escuchaba: «No tienes que susurrar, no puedo oírte» tras lo cual colgó la llamada.
Los Servicios Centrales de Policía revisaron las llamadas asociadas con el tiroteo, dijo a CNN Mark Poloncarz, director ejecutivo del condado de Erie. Además, tildó de inaceptable la forma en la que atendieron esa llamada.
«Enseñamos a nuestros recepcionistas de llamadas al 911 que si alguien está susurrando, probablprobablemente significa que está en problemas», argumentó.
A Payton lo acusaron esta semana por un gran jurado de 25 cargos, que incluyen 10 de asesinato en primer grado, terrorismo nacional y porte de armas.
También 10 cargos de asesinato en segundo grado y 3 de intento de asesinato motivado por el odio. De resultar culpable, enfrenta cadena perpetua sin derecho a libertad condicionada.
Con información de: El Nacional