El expresidente Donald Trump se apuntó el lunes un triunfo sin precedentes en los caucus de Iowa mientras sus rivales languidecían a mucha distancia, una victoria que reafirmó su control sobre la nominación del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de noviembre.
Trump iba camino de pulverizar el récord para un caucus republicano en Iowa, con un margen de victoria que superaba los casi 13 puntos porcentuales logrados por Bob Dole en 1988. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, terminó en un distante segundo puesto por delante de la exembajadora ante Naciones Unidas Nikki Haley.
En lo que se esperaba que fuese una votación con baja participación, los votantes hicieron frente a un frío histórico y a peligrosas condiciones en las carreteras para acudir a los cientos de asambleas celebradas en escuelas, iglesias y centros comunitarios de todo el estado.
Haley aspira a tener un fuerte desempeño en Nueva Hampshire, donde espera tener éxito entre los votantes independientes en las primarias del 23 de enero. DeSantis, por su parte, viajará directamente a Carolina del Sur, un bastión conservador en donde la votación del 24 de febrero podría resultar crucial. El empresario conservador Vivek Ramaswamy anunció su retirada de la campaña.
Trump, que en los últimos meses ha prometido repetidamente vengarse de sus rivales políticos, ofreció un mensaje de unidad en un discurso tras su victoria.
“Queremos unirnos, ya sea republicano o demócrata, progresista o conservador”, dijo Trump el lunes en la noche. “Vamos a unirnos. Va a ocurrir pronto”.
Donald Trump construyó todo un equipo
Trump dedicó gran parte del año pasado a construir una organización mucho más profesional en Iowa que la campaña relativamente desordenada de 2016, cuando el senador por Texas Ted Cruz ganó los caucus.
Su equipo ha prestado especial atención a la creación de una sofisticada red digital y de datos para interactuar de forma regular con posibles seguidores y garantizar que sabían cómo participar en las asambleas electorales.
Iowa no ha sido un indicador constante a la hora de predecir quién será el representante republicano en la carrera a la Casa Blanca. El triunfo de George W. Bush en 2000 fue la última vez que un candidato del partido ganó en Iowa y acabó convirtiéndose en el nominado.
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Pero Trump ya estaba pensando en las elecciones generales y en un posible enfrentamiento con el presidente, Joe Biden, mientras se dirigía a cientos de simpatizantes en el Centro de Eventos Horizon en Clive, Iowa.
“Está destruyendo por completo nuestro país”, dijo Trump sobre Biden. “Hace tres años éramos una gran nación, y ahora la gente se ríe de nosotros”.
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