Tras el terremoto, el drama en Marruecos se vive con intensidad cada día. Muchas personas durmieron en las calles de Marrakech por tercera noche consecutiva.
Mientras, soldados y equipos internacionales de asistencia comenzaban a recorrer remotos poblados en las montañas de Marruecos. Estos fueron los más afectados por un terremoto sin precedentes en el país.
El desastre cobró más de 2.122 vidas, una cifra que se tiene previsto aumente. Las Naciones Unidas calculan que unas 300.000 personas resultaron afectadas por el terremoto de magnitud 6,8 del viernes por la noche.
Rechazo a la ayuda internacional
Ante los ofrecimientos de varios países, entre ellos Estados Unidos, Alemania y Francia, las autoridades marroquíes señalaron el domingo que aceptarán la ayuda internacional de sólo cuatro naciones: España, Qatar, Gran Bretaña y Emiratos Árabes Unidos.
“Las autoridades marroquíes han evaluado cuidadosamente las necesidades en el terreno.Una falta de coordinación en esos casos sería contraproducente”, indicó el Ministerio del Interior en un comunicado.
Aunque algunos equipos internacionales de búsqueda y rescate llegaron el domingo, en que una réplica sacudió a los dolidos y conmocionados marroquíes, otras cuadrillas listas para ayudar expresaron su frustración mientras esperaban a que el gobierno solicitara asistencia de forma oficial.
“Sabemos que hay una gran urgencia de salvar a la población y excavar bajo los restos de las construcciones”, dijo Arnaud Fraisse, director de Rescatistas Sin Fronteras.
Así viven el drama en Marruecos
“Es una catástrofe”, dijo el residente Salah Ancheu, de 28 años. “No sabemos qué nos depara el futuro. La ayuda sigue siendo insuficiente”.
Los residentes retiraban escombros del camino principal que ingresa a la ciudad. La gente vitoreó cuando llegaron camiones llenos de soldados. Pero pidieron más ayuda.
“No hay ambulancias, no hay policía, al menos por ahora”, dijo Ancheu, refiriéndose a muchas partes de la región.
Los que se quedaron sin hogar o tenían miedo de las réplicas durmieron al aire libre el sábado en las calles de la antigua ciudad de Marrakech. O bajo carpas improvisadas en poblaciones muy afectadas en las montañas Atlas, como la de Moulay Brahim.
Los residentes de esa localidad y los de Amizmiz estaban más preocupados por los daños en comunidades de difícil acceso. Los mayores destrozos ocurrieron en pequeñas comunidades rurales que dependen de caminos sin pavimentar en terrenos escarpados, los cuales han quedado cubiertos de piedras.
La mayoría de los fallecimientos (1.351) ocurrieron en el distrito de Al Haouz, en la cordillera del Alto Atlas.
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Solidaridad manifiesta
Turistas y residentes hacían fila para donar sangre.
“Ni siquiera lo pensé dos veces”, dijo Jalila Guerina a The Associated Press, “especialmente en las condiciones en las que la gente está muriendo, especialmente en este momento en el que necesitan ayuda, cualquier ayuda”.
También donaron sangre los jugadores de la selección de fútbol de Marruecos. Es una situación difícil en la cual es necesario la unión de todos, refieren los afectados.
Información de Associated Press
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