La Arquidiócesis de Coro realizó en todas sus parroquias la procesión del Santo Nazareno para que los habitantes vivieran con fervor en su localidad la pasión de Cristo.
El Arzobispo Metropolitano de Coro, Víctor Hugo Basabe, presidió el acto católico en la Catedral de Coro.
Allí, como en todas las demás iglesias, inició la actividad con la acostumbrada eucaristía, al culminar con toda la solemnidad del momento salió la imagen en brazos de los guardianes.
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En este caso los pequeños cléricos iban perfumando el camino con saumerio para limpiar el camino por donde pasaba Jesús.
Por otra lado, uno se encargó con un parlante de narrar los acontecimientos vividos por el Hijo de Dios, así como lecturas de las Santas Escrituras.
El Santo Nazareno en las distintas parroquias lució su vestimenta morada, lleno de flores de distintos tipos y acompañado de cánticos por parte de los creyentes.
El Nazareno, un fervor compartido
En Las Velitas, la procesión iba amenizada con varios instrumentos musicales y canciones que adoraban al Santo.
Gran parte de la feligresía lució sus túnicas moradas que representaban el agradecimiento por los favores concedidos o el pago de promesas.
Mientras que en la parroquia San Gabriel, el padre Yony Chirinos recibió por parte del alcalde de Miranda, Henry Hernández, un nuevo Nazareno.
El cual lució reluciente desde el sector los Tres Platos hasta la iglesia en la que fue recibido con agua bendita.
Particularmente en esta iglesia, la misa inició luego de recibir al Santo.
En la iglesia San Francisco, ya caída la noche, además del Nazareno salió la Virgen María de Los Dolores en representación del sufrimiento sostenido por la madre.
Creyentes fieles
Francisca Irausquín compartió que ella cumplió con su promesa hace 15 años por la salud de su hermana, sin embargo, sigue la tradición por su eterno agradecimiento.
“Esto es hermosísimo acompañar a Jesús por su pasión nos hace recordar el dolor vivido por el para morir por nuestros pecados”.
Por su parte, Carlos Sánchez, comentó que vino de Caracas a pasar unos días y no podía dejar de venerar al Nazareno como se hace en la capital en Semana Santa.
“En mi caso no me ha hecho ningún milagro, pero creo en su poder, misericordia, amor y compasión, de lo contrario no se hubiera entregado”.
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