Acaban de publicar el libro “El hombre que podía hacer milagros”, sobre el accidentado rodaje del filme de Francis Ford Coppola.
Coincidiendo con los 50 años de El Padrino, se acaba de publicar el libro El hombre que podía hacer milagros, que aborda los entretelones de una película destinada al olvido, pero que al vencer todas las dificultades que le salieron al paso, terminó alzándose, para no pocos cronistas del arte cinematográfico, como la mejor de la historia. Su autor es el guionista, crítico y hombre de cine español Iván Reguera, quien presenta en su obra detalles desconocidos de esta formidable producción. Destaca en sus páginas que este filme hubiera sido muy diferente si Francis Ford Coppola hubiera rechazado la oportunidad de dirigirlo, si el ejecutivo Robert Evans hubiera sido expulsado de la Paramount un mes antes, si la mafia hubiera conseguido parar el rodaje o si Al Pacino no hubiese sido contratado.
“Fue un milagro que la película se hiciera. Cuanto más investigaba sobre el rodaje, más me sorprendía”, apunta Reguera, quien ha dedicado años de su vida a este libro. El autor detalla los obstáculos que Coppola afrontó antes incluso de tomar las riendas, porque Paramount quería contratar a un director más conocido, como Elia Kazan, Arthur Penn o Peter Yates. Finalmente se decidieron por Coppola porque era joven (32 años) y pensaron que haría lo que le ordenaran. “Parecía un director a la medida de lo que quería el estudio en su intento de manipularlo, pero luego hizo lo que quiso”.
Paramount lo contrató por 125.000 dólares y 6% de las ganancias. Dado que Coppola casi fue despedido tres veces durante el rodaje, su capacidad no solo para terminar la película, sino también para liderar la franquicia subsiguiente, ganar un total de nueve premios de la Academia y recaudar más de mil millones fue un verdadero milagro. Considerada la cinta de gánsteres por excelencia, El Padrino es responsable de crear la idea moderna de la mafia, que hizo todo lo posible para evitar que llegara a la pantalla grande. En su favor contaban con la colaboración de Frank Sinatra, quien actuó en un evento en el Madison Square Garden y recaudó 500.000 dólares para su causa.
Los gánsteres comenzaron a seguir al productor de El Padrino, Al Ruddy, y rompieron todas las ventanas de su auto, mientras el ejecutivo de Paramount, Robert Evans, recibió una llamada telefónica de un matón que amenazó con atacar a su hijo. Si una taquilla récord, premios Oscar, papeles estelares para actores desdeñados inicialmente, como Al Pacino y Robert Duvall, no fueran suficiente, cuenta también con el revival de la carrera de Marlon Brando, para quien la película (junto con El último tango en París, estrenada el mismo año) ofreció algo así como un renacimiento personal. Apenas tenía la edad suficiente para ser patriarca (47 años), pero su presencia ayudó a trazar la línea de la narración. “Fue, desde el momento en que Coppola lo consigue, cuando la película empezó a deshacer su maldición”, sentencia convencido el autor del libro.
@aquilinojmata
Información de: El Universal