Gambero asevera que un policía, formado con valores donde destaca la responsabilidad, el respeto, la disciplina, la ética y humildad, es un funcionario que quiere a la ciudadanía.
“Entre lo justo y lo correcto” debe estar enmarcada la formación de un funcionario a juicio del comisionado agregado Ernesto Gambero, quien actualmente está a cargo de la Dirección de Orden Público y Manifestaciones de la Policía del estado Falcón (Polifalcón).
Gambero asevera que, un policía formado con valores donde destaca la responsabilidad, el respeto, la disciplina, la ética y humildad, es un funcionario que quiere a la ciudadanía, a las comunidades y se siente seguro de su formación para poder resguardar a los habitantes.
“Mientras más comprometidos estamos con las comunidades más confianza nos tienen, aunque hayan funcionarios que tengan conductas desviadas y por uno pagamos todos, siempre se debe tener presente que representamos una institución, con la cual debemos estar identificados en su misión y visión”, afirma.
Rescatar la disciplina
Desde esta perspectiva, el funcionario quien durante cuatro años formó parte de los instructores de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes), acentúa que es necesario rescatar la disciplina en el proceso de formación de los policías.
“La disciplina es el valor que, nos hace tener el control de todo el personal; es el respeto a la superioridad, al trabajo, a las responsabilidades que se tienen no solo como superior o subalterno”, añade.
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Respeto a los derechos humanos
Gambero subraya que, desde esa formación el efectivo policial debe tener presente que al cumplir sus funciones debe respetar los derechos humanos, respetar la dignidad de toda persona sin discriminación de raza ni sexo; prácticas que los faculta como policía, brindando una mano a todas las personas independientemente de la situación.
“Así sea que esa persona haya cometido el delito más grave, debemos garantizarle la seguridad, darle apoyo y resguardar su integridad física, porque es parte de lo humanista. No tomar de manera personal el tipo de procedimiento que se presente”, expone.
El entrenamiento es fundamental
Asimismo, el comisionado agregado resalta que un funcionario debe estar en constante entrenamiento tanto en la parte física como en la parte de las tácticas y destrezas policiales que, aportan las estrategias para ponerlas en práctica en la calle.
“Los policías siempre debemos imaginar el peor escenario, porque eso nos obliga a poder reaccionar cuando se presente una situación de alto riesgo en el ámbito donde se esté”, agrega.
Argumenta que, el 95% de los efectivos de Polifalcón han sido formados en los diferentes cursos que han sido impartidos con esa intención de que, todos tengan una misma formación, tácticas policiales, de cuál es su visión y responsabilidades como funcionario.
“Tener presente que nos debemos al pueblo, para el pueblo y por el pueblo. Por eso la función del policía que, no solo es portar el uniforme, salir a la calle, que nos vean, sino que cuando nos pregunten algo poder dar una respuesta satisfactoria; y sino no se tiene esa respuesta, buscar la manera para darla y las tácticas nos permiten eso”, matiza.
Refiere que muchas personas piensan que, las tácticas policiales es llegar a una casa a “derribar puertas y hacer allanamientos”, cuando los patrullajes policiales y los abordajes tanto en las comunidades como en los comercios, son partes de esas tácticas.
Dar el ejemplo
Gambero también puntualiza que los funcionarios deben dar el ejemplo, no dejarse llevar por lazos de amistad y familiares para infringir las leyes, siendo de vital importancia mantener una imagen dentro y fuera de la institución policial, así como como en la vida civil.
“El ejemplo puede más que las palabras, tenemos que tener en cuenta los valores, los derechos humanos y el respeto a los ciudadanos, pero se debe cumplir la ley”, recalca.
Más estricto
Por otra parte, el funcionario precisa que si tuviera la oportunidad de reformar las leyes y reglamentos internos que penalizan las faltas de los policías, sería “más estricto para que se cumplan los procedimientos administrativos que deben llevarse a cabo”, expresa.
“No es que los procesos estén viciados, pero se le da largas a la investigación y la corrección del funcionario debe ser inmediata para que se cumpla la sanción correspondiente y darle seguimiento a esa sanción, porque es cierto que debemos ser humanistas pero no permisivos”, remarcó.
En virtud de ello, señala que lo anterior ha cambiado un poco por el modelo de formación de la Unes puesto que, “confundieron lo humanista con lo permisivo, y eso nos llevó a perder la disciplina y el respeto al superior”, específica.
“Anteriormente cuando se veía un sargento, un inspector o un comisario de la policía a uno le temblaban las piernas por respeto, no por miedo a él como persona, sino al rango porque se saluda al rango”, admite.
Hace falta la formación de escuela
Al respecto, Gambero menciona que la Unes contempla un horario de una universidad tradicional, cuando en la formación del policía se debe rescatar el horario de una escuela para funcionarios, donde estaban internados de lunes a viernes y dependiendo del compartiendo, el aspirante iba el fin de semana a su casa, de lo contrario tenía una amonestación, teniendo así un control sobre estos.
“El sudor ahorra sangre en el combate, y cuando se hacen las cosas con sacrificio, se sabe lo que se gana, lo que se tiene, porque ese sacrificio vale”, reitera.
A los aspirantes, a la academia y a los organismos
El director de Orden Público de Polifalcón exhorta a los aspirantes, a la academia y a los organismos de seguridad a retomar “la disciplina y el respeto, que se sienta la diferencia entre funcionarios”.
“La Unes fue creada con una visón de unificación, por eso la idea de que todos los programas de formación estuvieran integrados, que la formación conllevara a la unión, pero eso se ha distorsionado. Y en ello, la disciplina, el respeto y la lealtad son necesarias”, insistió Gambero.