La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la demencia como el resultado “de diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro”.
Actualmente, según la entidad, “más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo”, mientras que “cada año hay casi 10 millones de casos nuevos”.
En la actualidad, es “la séptima causa de defunción y una de las causas principales de discapacidad y dependencia entre las personas de edad en el mundo entero”.
Si bien en algunos casos la edad y los antecedentes familiares pueden jugar un papel en su aparición, hay otros factores, como el sedentarismo, que podrían aumentar las posibilidades de desarrollar demencia.
Según un estudio realizado en adultos mayores de 60 años sin demencia por investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) y la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, estar sentado durante 10 horas al día podría ser un factor de riesgo de esta condición de salud mental.
Ante esta premisa, el doctor Dale Bredesen, investigador y experto en enfermedades neurodegenerativas brindó estrategias para revertir esta situación que se convierte en una realidad ante la rutina diaria que conjuga trabajo de oficina, traslados en automóvil y las horas de esparcimiento. En estos contextos, entonces, estar sentado es la norma y no la excepción.
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La prevención de la demencia
Una de las medidas fundamentales para la prevención de la demencia es la actividad física.
En 2023, un estudio publicado en la revista Frontiers in Neuroscience por investigadores brasileños de la Universidad Federal de San Pablo (UNIFESP) y la Universidad de San Pablo (USP), reveló que el ejercicio de resistencia regular puede prevenir o retrasar la aparición de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
Concretamente, la investigación se basó en experimentos realizados con ratones, que mostraron que solo cuatro semanas de entrenamiento con pesas eran suficientes para revertir las alteraciones físicas y de comportamiento características de la enfermedad.
“El ejercicio físico regular, como el entrenamiento de resistencia, puede prevenir la enfermedad de Alzheimer, o al menos retrasar la aparición de los síntomas, y sirve como una terapia sencilla y asequible para los pacientes que padecen esta enfermedad”, apuntaron los científicos.
En tanto, según datos de la OMS, fumar es un factor de riesgo para la demencia. De acuerdo al organismo, la enfermedad de Alzheimer, que “es la forma de demencia más habitual”, tiene al tabaquismo como trasfondo en el 14% de los casos registrados en el mundo.
Con información de Infobae
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