El cardenal Baltazar Porras llegó a la ciudad de Coro este domingo 26 de febrero en vísperas de la celebración tricentenaria de la virgen morena.
En horas de la tarde de este domingo 26 de febrero, en las instalaciones del Museo Guadalupano, el arzobispo de Caracas, cardenal Baltazar Porras Cardozo, ofreció una rueda de prensa.
La visita del cardenal se debe a que presidirá la solemne celebración eucarística por los 300 años del hallazgo del lienzo de la Virgen de Guadalupe de El Carrizal.
Porras Cardozo tuvo un recorrido por el museo que alberga diferentes piezas históricas de la devoción guadalupana en Falcón.
Junto al cardenal, estaba el arzobispo metropolitano de Coro, monseñor Mariano José Parra Sandoval; y miembros del clero falconiano. Parra Sandoval adelantó que “esta celebración está enmarcada en el tiempo jubilar de la arquidiócesis y tiene como finalidad promover y fortalecer la fe y la devoción de nuestro estado Falcón”.
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Durante su alocución a los periodistas, el excelentísimo cardenal Baltazar Porras Cardozo expresó su alegría por estar en tierras falconianas y señaló la sencillez del origen devocional a la virgen morena. “La devoción a la virgen nace de la sencillez de la gente. Guadalupe se presentó al indio Juan Diego, un hombre laico y sencillo”, expresó el prelado sobre la génesis de la devoción mariana.
Avanza la canonización del beato José Gregorio Hernández
Sobre el camino de canonización del beato José Gregorio Hernández, Porras señaló: “Vamos avanzando con el posible milagro de nuestro beato. Voy en los próximos días a Roma para ver cómo sigue todo el proceso. Lo que más sostiene este camino es la devoción a José Gregorio por parte del pueblo venezolano”.
“Por parte nuestra, queda seguir promoviendo esta devoción a José Gregorio Hernández”, dijo el cardenal.
Sobre las razones de su reciente nombramiento como arzobispo de Caracas y un posible retiro o gesto diplomático entre Miraflores y la Santa Sede, el prelado esclareció para Nuevo Día: “Va más allá de algo diplomático. El proceso lo exigió así cuando el cardenal Urosa pidió ser relevado en su servicio cuanto antes. Para hacerlo más rápido tal como Urosa había pedido a la Santa Sede, tuve primero que ser administrador apostólico, debido mi titularidad como arzobispo de Mérida. Por eso llevó todo este tiempo”.