Para cuidar de la microbiota o cuidar del sistema inmunitario las recomendaciones son las mismas, y todas sirven en el largo plazo.
Son varios los factores que están provocando un aumento en las personas que padecen alergias. Pero, ¿qué es concretamente la alergia? Se trata de una activación excesiva e inadecuada del sistema inmunitario frente a un estímulo o antígeno, que no tendría por qué, como el polen, por ejemplo, porque no es dañino para nosotros.
Así lo explica en una entrevista con Infosalus la doctora en Ciencias Biomédicas, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota, Sari Arponen, quien acaba de publicar ‘El sistema inmunitario por fin sale del armario. Vive una vida plena, larga, y saludable’ (Alienta editorial), un manual en el que afronta todas aquellas situaciones que pueden afectar y alterar a nuestras defensas del cuerpo.
En el caso concreto de la alergia, al que le dedica un apartado, defiende que se trata de una patología en auge y sobre la que podemos actuar, no solo con el tratamiento sintomático que nos prescriba nuestro médico, y con las vacunas que sean necesarias en caso de disponerlas, subraya que también podemos mejorar nuestros síntomas en el largo plazo con una serie de sencillas medidas que afectan a nuestro estilo de vida, y que sirven igualmente para mantener en equilibrio nuestra microbiota y nuestras defensas, reseñó Infosalus.
Por qué se produce la alergia
Para ello, primero, la doctora Arponen explica por qué se produce la alergia, por qué se sensibiliza nuestro sistema inmunitario frente a un agente externo: “Con la alergia se produce una equivocación del sistema inmunitario que se activa de forma excesiva“.
Habla de que hay muchos factores que hacen que se desequilibre como la disbiosis (desequilibrio de la microbiota) de la boca o del intestino; las alteraciones de micronutrientes y su déficit, como en el caso de la falta de zinc o de vitamina D y C, entre otros. “Cuando todo esto no funciona bien es más fácil que el sistema inmunitario esté desequilibrado. Por otro lado, la lactancia materna es un protector frente a las alergias, por lo que las personas que la han recibido pueden estar más protegidas en este sentido“, agrega.
También se habla mucho de la hipótesis de la higiene, según prosigue, si bien afirma que esto puede ser verdad “hasta cierto punto”, siendo beneficioso el que los menores convivan con animales, vivan en el campo o en granjas tradicionales. “Es la falta de contacto con la naturaleza y los microorganismos lo que facilita que se hagan las alergias, y que el sistema inmunitario se pueda confundir”, insiste la también profesora universitaria.
Por qué las alergias están en auge
En este sentido, preguntamos a esta médico especialista en Medicina Interna y en microbiota por qué hay cada vez más personas que presentan alergia, y esto es debido, según nos argumenta, a factores del estilo de vida.
Aquí vuelve a resaltar que influye la lactancia materna, el que estas estén ausentes o sean cortas en el tiempo por nuestro estilo de vida, al mismo tiempo que la sociedad esté cada vez más desconectada de la naturaleza, aparte de que nuestra alimentación, según lamenta la doctora Arponen, “no nos ayuda en este sentido”, a lo que habría que sumar los contaminantes, y las disbiosis y falta de nutrientes que antes hemos mencionado.
Cómo mejorar nuestra alergia
Uno de los primeros consejos que la doctora Arponen aporta para mejorar nuestra alergia es equilibrar nuestra microbiota: “Si tenemos una microbiota desequilibrada, el sistema inmunitario cuando la detecta, se inflama más y si hay esa predisposición a la alergia latente detrás, a más desequilibrio más síntomas. Si, en cambio, tenemos una microbiota más equilibrada, el sistema inmunitario estará más calmado.”
Con ello, resalta que para cuidar de la microbiota o cuidar del sistema inmunitario las recomendaciones son las mismas, y todas sirven en el largo plazo: una alimentación prebiótica con alimentos de origen natural, de temporada y de proximidad; evitar ultraprocesados; cuidar de la microbiota oral; mantener un contacto con la naturaleza; hacer ejercicio físico; y descansar bien, manteniendo unos ritmos circadianos adecuados; y controlar el estrés crónico.
“Si tenemos una alergia o un desequilibro del sistema inmunitario hay algunas cepas de probióticos específicas que pueden ayudarnos, pero para ello se debe pedir ayuda a un experto en la materia en caso necesario, y tras seguir los consejos anteriores”, añade.
Con información de: Versión Final