La palabra leyenda se hace pequeña a la hora de rendirle homenaje a Silvia Pinal, la legendaria actriz que falleció este jueves en la Ciudad de México a los 93 años.
La actriz, considerada como ícono del cine y la televisión, falleció luego de padecer y enfrentar varias complicaciones de salud que se habían agravado en las últimos horas.
Y es que cuando una mujer que hizo tanta historia, vivió tantas vidas, cumplió tantos sueños y sufrió tantas tragedias emprende su viaje final, el lenguaje se queda corto y solo queda agradecer y recordar para intentar retratar, probablemente de manera imperfecta e incompleta, lo que fue su paso por este planeta.
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¡Sí¡ Planeta, porque Silvia Pinal pertenece no a uno, sino a varios mundos. Tantos que ni la serie sobre su vida o su propia autobiografía llegaron a contarlos todos.
Su libro, que tituló “Esta soy yo”, comienza con su madre, una adolescente de 15 años que el 13 de septiembre de 1931 dio a luz a una bebé, hija del rico y bien parecido director de orquesta Moisés Pasquel, quien se negó a conocerla hasta que ella ya era mayor. Ese dramático inicio, que podría haber sido sacado de una telenovela clásica, siguió con la pequeña Silvia acompañando a su madre a la tienda donde era vendedora hasta que contrajo matrimonio con el político Luis G. Pinal. De él recibió su apellido y de ambos, madre y padre adoptivo, la disciplina y la ética laboral.
Con información de People en Español