Suele definirse como fiebre a una temperatura corporal central mayor a 38,0° C (100,4º F). A continuación, algunos consejos.
Los manuales Merck de diagnóstico y terapia señalan que la temperatura corporal normal varía de persona a persona y durante todo el día. Además, la temperatura corporal normal es mayor en los niños de edad preescolar.
Varios estudios han documentado que la temperatura máxima tiende a ser en la tarde y es más alta alrededor de los 18 a 24 meses, cuando muchos niños sanos normales tienen una temperatura de 38,3° C (101º F). Sin embargo, suele definirse como fiebre cuando los niños tienen una temperatura corporal mayor a 38,0° C (100,4º F).
De acuerdo con los manuales, la fiebre no siempre se puede detectar tocando la frente del bebé. Suele ser necesario tomarle la temperatura también. A pesar de que existen varios termómetros en el mercado que miden la temperatura en diferentes áreas, es conveniente que los padres usen termómetros rectales con sus bebés para obtener una lectura más exacta.
Cuando se ha identificado una fiebre, se debe intentar que los niños se sientan mejor. Para esto, debe cerciorarse de que está consumiendo suficientes líquidos para que no se deshidrate.
¿Hay otras maneras de curarle la fiebre a los niños?
Otras maneras de mantener la fiebre a raya pueden ser: proporcionar algún medicamento como acetaminofén o ibuprofeno, con lo que normalmente se le reducirá la fiebre. Es importante asegurarse de darle la dosis correcta.
Se deben tener en cuenta que otras prácticas para reducir la fiebre como bolsas de hielo o baños de alcohol ya no son recomendadas y pueden provocar efectos adversos en el niño. Además se debe mantener el termómetro digital listo y accesible.
Finalmente, los expertos aseguran que la significación de la fiebre depende del contexto clínico más que de la temperatura máxima. Algunas enfermedades menores causan fiebre alta, mientras que algunas patologías graves provocan solo un leve aumento de la temperatura.
Con información de: El Nacional