En un ambiente cargado de emotividad y reflexión, este Viernes Santo los fieles católicos conmemoraron la Pasión y Muerte de Jesucristo y recordaron las Siete Palabras que manifestó en la cruz, antes de morir.
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”; “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”; “He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre”; “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”; “Tengo sed”; “Todo está consumado” y “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, fueron las últimas manifestaciones de Jesús antes de entregar su vida por la salvación del mundo.
Al igual que en el resto de las parroquias, en la Basílica Menor de Coro, el arzobispo Metropolitano, monseñor Víctor Hugo Basabe profundizó sobre cada una de las expresiones que recogen el amor más puro, sublime y eterno que hombre alguno puede profesar por un hermano.
El rito del día contempló, además, la Liturgia de la Pasión y la adoración de la Santa Cruz, donde los feligreses se arrodillaron y besaron la cruz en agradecimiento al Altísimo por su sacrificio. También, con este acto se realizó una colecta para ser donada a los lugares santos.
Continuó con la sagrada comunión, la Oración Universal donde los creyentes, movidos por la Palabra de Dios, elevaron súplicas a Dios por la salvación de todos. Una oportunidad para expresar la fe de la comunidad y para interceder por las necesidades de la iglesia, gobernantes, los que sufren, entre otros.
Para finalizar, la asamblea y las autoridades eclesiales salieron del templo, en procesión, con el Santo Sepulcro para conmemorar el sufrimiento y muerte de Jesús, pero también para reflexionar sobre su resurrección.
En la parroquia Santo Niño Jesús, de la Prolongación Ampíes, en Coro, el presbítero Erwin Juliao junto a sus feligreses, y después de la celebración de los ritos del Viernes Santo, recorrió las calles cercanas a la iglesia con el Sepulcro y la imagen de la Dolorosa, Madre del Señor.