Hace casi dos siglos que Francia no tiene reyes, pero durante los 175 años que pasaron desde que el pueblo despidió al último, el país no olvidó de qué va eso de la pompa y el boato.
Este miércoles, el presidente Emmanuel Macron abrió los salones del palacio de Versalles para ofrecer una cena de gala en honor de los reyes Carlos III y Camila, llegados a París en la que está siendo su primer visita de Estado a Francia desde su coronación.
El banquete no solo tuvo lugar en el famoso Salón de los Espejos, sino que ha estado precedido de un concierto en la capilla real del palacio, escenario de episodios históricos tan importantes como la boda de los reyes Luis XVI y María Antonieta.
Además, de Emmanuel y Brigitte Macron y los reyes Carlos III y Camilla asistieron representantes tan conocidos de la sociedad británica como los actores Hugh Grant y Carole Bouquet (suegra de Carlota Casiraghi), los cantantes Mick Jagger y Charlotte Gainsbourg, y empresarios como Bernard Arnault, presidente del grupo de empresas de lujo LVMH y uno de los hombres más ricos del mundo.
Vestida con un elegante vestido de noche en crepé de seda azul noche con una capa de Dior en homenaje a la moda francesa. Se trata de una creación de alta costura única, confeccionada ex profeso para ella por Maria Grazia Chiuri, su directora artística, en los talleres de la maison.
Una creación que, tal y como señala el comunicado oficial emitido por la casa, “constituye un ejemplo virtuoso de la excelencia y el savoir faire de Dior”.
La reina Camila también aportó su granito de arena a la espléndida velada, aunque esta vez no llevó una de sus tiaras.
Lo mismo tienen por costumbre hacer otras reinas como doña Letizia en sus viajes de Estado a países republicanos, pero no Isabel II, quien en sus viajes a Francia sí llevó tiara en las cenas de gala.
La reina Camila parecía haber seguido esta misma tradición y en su viaje oficial a Alemania de hace unos meses, el primero que realizó como reina, se puso la tiara Greville de diamantes, pero en esta ocasión ha cambiado la etiqueta y ha preferido ir con el cabello desnudo.
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Con todo, Camila sí ha lucido algunas piezas del joyero real. Concretamente el juego de pendientes, collar y brazalete de zafiros de Jorge VI, llamado así porque fue un regalo de bodas de este rey a su hija y heredera, la reina Isabel II.
Con información de Globovisión
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