El general que lideró un golpe de Estado en Níger ofreció el viernes un discurso en la televisora estatal para pedir respaldo al alzamiento, dos días después de que soldados detuvieron al presidente elegido democráticamente y desencadenaron un caos político que podría hacer retroceder la lucha contra los grupos extremistas e incrementar la influencia de Rusia en la región.
Mientras el general Abdourahmane Tchiani hablaba, la cadena estatal lo identificó como el líder del Consejo Nacional para la Salvaguarda del País, el grupo de soldados que dijo haber perpetrado el golpe de Estado.
Tchiani, que se hace llamar Omar, indicó que la nación tenía que cambiar de rumbo para evitar “la desaparición gradual e inevitable” y por eso decidieron actuar.
“Pido a los socios técnicos y financieros amigos de Níger que comprendan la situación específica de nuestro país para proporcionarle todo el respaldo necesario que le permita hacer frente a los desafíos”, indicó.
Antes, varias facciones del ejército se habían disputado el poder, según apuntaron un analista y un militar occidental. La comparecencia de Tchiani parecía un intento de mostrar que él estaba al frente, aunque la situación seguía siendo inestable.
Inestabilidad política en Níger
Una delegación de la vecina Nigeria que esperaba actuar como mediadora se marchó del país al poco de llegar, y el presidente de Benín, que fue nombrado mediador por una organización regional, aún no había llegado.
Un analista que habló con los participantes en las conversaciones dijo que la guardia presidencial, que comandó el golpe, estaba negociando con el ejército sobre quién debería estar al mando. El analista pidió no ser identificado debido a lo delicado de la situación.
Un oficial militar occidental en Níger, que no estaba autorizado a hablar con la prensa, confirmó que se creía que las facciones militares estaban negociando. Apuntó que la situación sigue siendo tensa y que se dan todas las circunstancias para que se produzcan enfrentamientos.
En declaraciones desde Papúa Nueva Guinea, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó el alzamiento de “completamente ilegítimo y profundamente peligroso para los nigerinos, para Níger y para toda la región”. Además, apuntó que habló en repetidas ocasiones con el presidente, Mohamed Bazoum, y que estaba en buen estado.
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Níger está considerado el último gran socio de Occidente frente a los yihadistas ligados a Al Qaeda y al grupo extremista Estado Islámico en la región del Sahel, donde Rusia y Occidente se disputan la influencia en la lucha contra el extremismo. Francia, que gobernó el país como colonia hasta 1960, tiene allí hasta 1.500 soldados que participan en operaciones conjuntas con las fuerzas locales.
Con información de Associated Press
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