“El exorcista” llegó a las salas de cine el 26 de diciembre de 1973. A 50 años de ese día, la película no ha perdido nada de su poder para aterrorizar, inquietar y ser el gran referente del terror moderno.
Es más, se puede decir que todas las películas posteriores centradas en posesiones demoniacas están a su sombra.
El impacto del filme la llevó a convertirse en un fenómeno cultural. Además de permanecer fija en el imaginario colectivo cuando se habla de filmes que han provocado las peores pesadillas, tiene entre sus logros ser la primera producción de terror nominada al Óscar como Menor película (recibió 10 menciones en total, una de ellas para Linda Blair, su joven estrella).
Asimismo, también mantuvo durante cuatro décadas el récord como el filme de horror de clasificación R (para un público maduro por su violencia extrema y lenguaje soez, entre otras cosas), con la mayor recaudación en taquilla en la historia.
“El exorcista”: ataques de pánico y vómitos
De acuerdo a relatos de la época, las primeras proyecciones de este largometraje fueron una experiencia única para sus espectadores.
Se dice que en cada función de la producción de 122 minutos hubo nervios, gritos, ataques de pánico y vómitos. Incluso, afirman que muchos que salieron de la sala a mitad del filme y se negaron a entrar de nuevo. Hubo, igualmente, otros que hicieron cola durante horas bajo las frías temperaturas de ese diciembre para ver de nuevo la cinta.
Parte de una historia real
Dirigido por William Friedkin (“The French Connection”), “El exorcista” está basado en el best seller homónimo de William Peter Blatty, publicado en 1971. Blatty, quien supuestamente narra en su novela un supuesto exorcismo real ocurrido en Maryland en 1941, fue el encargado de adaptar la historia para el cine.
Si bien en libro el protagonista es un niño de 11 años, Friedkin decidió que en la película la posesión la protagonizara una niña preadolescente, algo que, según él, resultaba más interesante.
La trama de “El exorcista” sigue la historia de Regan, de 12 años, interpretada por Linda Blair, quien comienza a desarrollar otras personalidades y voces.
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Su asustada madre Chris (Ellen Burstyn) busca explicaciones para este cambio repentino y pronto se da cuenta de que su hija está siendo poseída por un ser demoníaco.
Con información de Últimas Noticias