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jueves, abril 25, 2024

Indexación salarial al dólar en Venezuela, qué dicen los expertos

Los especialistas resaltan que, antes de proponer una indexación del salario al dólar, es importante estudiar las experiencias de otros países.


Expertos en materia económica advierten que la indexación del salario al dólar en Venezuela, en realidad, no tiene la capacidad de mejorar o estabilizar el poder de compra de las personas.

El 2023 ha sido un año marcado por protestas laborales en las que los trabajadores del sector público han exigido al gobierno nacional un aumento del salario mínimo, ante la pulverización del poder adquisitivo propia de una economía inflacionaria.

Algunas fracciones sindicales y especialistas en Venezuela han propuesto – y solicitado – la indexación del salario al dólar como una alternativa para sobrellevar el avance de la inflación y mejorar la capacidad de compra de los trabajadores.

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Representantes del oficialismo también han puesto esta alternativa sobre mesas de negociación como el Foro de Diálogo Social donde también participan Fedecámaras, Gobierno y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Pero economistas advierten que además de que la indexación del salario al dólar, en realidad, no tiene la capacidad de mejorar o estabilizar el poder de compra de las personas, no es viable en contextos de economía inflacionaria y tipo de cambio inestable, como ocurre en Venezuela.

Por el contrario, de aplicarse en el contexto económico actual del país, podría ser la puerta de regreso a la hiperinflación.

¿Qué es la indexación del salario al tipo de cambio?

En principio, la indexación salarial consiste en ajustar los salarios en función del porcentaje de inflación real, o esperado. Por ejemplo: si en tres meses hubo una inflación del 10%, habrá un aumento salarial de 10 % a partir del cuarto mes.

Otro ejemplo: Si el dólar está a 20 bolívares al tipo de cambio oficial, pero pasa a 22 bolívares (un aumento del 10%), en lugar de pagar 130 bolívares de salario, el Gobierno debería pagar 133 bolívares, que es el 10%.

Este no es un incremento salarial en sí, y el Estado tendría que establecer la periodicidad de esa indexación: mensual, bimensual, trimestral, semestral o anual.

La indexación del salario al dólar no sirve para incrementar las remuneraciones, pero podría ayudar a recuperar el poder adquisitivo que se pierde en contextos de inflación baja, que no es el caso de Venezuela.

Cuando hay inflación baja en países donde hay contratos colectivos obreros, en el cual se estipula que haya aumentos de acuerdo con la variación del porcentaje de inflación, se recupera parte del poder adquisitivo perdido”, explicó Manuel Sutherland, economista y director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO).

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“Aunque es viable, posible, y otros países hayan hecho algo similar, la indexación es una mala idea en contextos de alta inflación, y donde el Estado no tiene límites para la emisión de dinero sin respaldo”, puntualizó.

El dinero emitido perderá todo su valor porque no hay una producción nacional que sustente el gasto público y generará una pirámide inflacionaria.

No importa si el gobierno indexa los salarios quincenalmente, aun así hará trampa y habrá ilusión monetaria, el poder adquisitivo no lo vas a recuperar. Te doy más ceros en el salario nominal, pero eso no se traduce en poder de compra”, manifestó Sutherland.

“La indexación no logra la justicia social”

Los especialistas resaltan que, antes de proponer una indexación del salario al dólar en Venezuela, es importante estudiar las experiencias de otros países.

Tamara Herrera, economista y directora de la firma Síntesis Financiera, sostiene que la indexación del salario debería ser, a lo sumo, un mecanismo transitorio. Pero, concuerda en que cuando se aplica en economías vulnerables e inestables, se corre el riesgo de desatar una espiral de costos y precios.

Hay que sentarse a estudiarlo para saber si se aplicaría con respecto a la inflación pasada, la inflación esperada, con qué frecuencia y qué implicaciones tiene para la economía, sea sus costos, o proceso de reanimación, porque se corre el riesgo de entrar en recesión, con lo cual se debilita la capacidad empleadora“, argumentó Herrera.

Venezuela lleva al menos 10 años en inflación, y el Estado ha empleado el control artificial del tipo de cambio y el financiamiento del déficit fiscal casi como estrategia única para enfrentarlo toda vez que el problema de fondo es la falta de producción, falta de productividad, la emisión de dinero sin respaldo, y los gastos excesivos del Gobierno, que son mucho más altos que sus ingresos.

Desde hace una década los especialistas proponen la misma receta para superar la crisis económica, que el Estado se empeña en ignorar: estimular la producción y productividad y disminuir los gastos inútiles o improductivos del Gobierno.

Algunos defienden la indexación como si fuera un mecanismo capaz de traer justicia social pero no lo es, va en detrimento de la sostenibilidad de un proceso de recuperación o de un proceso de estabilidad misma. Es riesgoso y no debería ser ensayado”, concluyó la economista.

Con información de Banca y Negocios

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