Olivera es enfermera desde hace 19 años; para ella, el mejor tratamiento que se le puede ofrecer al paciente es escucharlo.
Jazmín Olivera tiene 19 años como enfermera, y desde bachillerato estaba segura de lo que quería estudiar. Su vocación por querer ayudar a los demás la impulsó a inscribirse en la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda de donde egresó como técnico superior universitario.
Obtiene su título de licenciada en la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos. En la actualidad cursa una maestría en Gerencia de Salud, en la Universidad de las Ciencias de la Salud Hugo Chávez Frías.
Olivera ha trabajado en diferentes ambulatorios del municipio Miranda. Su profesionalismo le permitió ocupar varios cargos y coordinaciones, los cuales asume con mucho compromiso.
Los ambulatorios de San Bosco, Pantano Centro, Ampíes, Caujarao y Pantano Abajo son algunos de los centros de salud donde ha trabajado.
En la actualidad trabaja en el ambulatorio de La Velita de la ciudad de Coro donde ocupa el cargo de coordinadora del Área de Salud Integral Comunitaria Pedro de Armas.
¿Por qué enfermería?
-La medicina siempre me gustó, pero en la enfermería vi ese lado más humano, porque estás en contacto directo con el paciente. Como enfermeras tenemos ese don y empatía de estar con el paciente, incluso cuando los visitamos en sus hogares.
Estamos para ayudar a otros
Jazmín Olivera manifestó que es muy importante el respeto. Comentó que ser enfermero o enfermera no es una profesión, es un don que permite ayudar a otros.
A pesar de ocupar un cargo de coordinadora, continúa visitando a los pacientes en sus casas para saber cómo está su salud.
“Hacemos el seguimiento de los casos, si es un paciente que acaba de ser operado, que no ha regresado a una consulta nosotros vamos a visitarlo para ver que está pasando o cómo evoluciona su tratamiento”, narró.
Además de las visitas, se mantiene activa en la consulta a los estudiantes, inmunizaciones y captación de pacientes.
Sensibilidad durante la pandemia
Olivera matizó que la llegada de la pandemia tomó a muchos por sorpresa, y al mismo tiempo mostró el lado más sensible del ser humano y de los profesionales de la salud.
“La pandemia nos enseñó a ser más serviciales, nos gusta nuestro trabajo. A pesar que no había mucha información sobre la enfermedad nos mantuvimos atendiendo a nuestros pacientes”, reseñó.
¿Lo más duro?
-Despedir a familiares y amigos durante la pandemia.
¿Lo más gratificante?
-Poder brindar apoyo, ayudar a una persona en un momento difícil de salud.
¿Cuál es rol de una enfermera?
-Escuchar al paciente, ofrecer esa mano amiga y dar apoyo al necesitado. Creo que debemos rescatar ese valor, poner en práctica el compañerismo.
Siempre es importante escuchar
Es muy importante porque hay un vínculo con el paciente. Desde el entorno podemos ayudar a encontrar el tratamiento y la atención necesaria que requiere la persona.
Muchas veces el paciente solo quieren que lo escuchen, ese es el mejor tratamiento que le podemos ofrecer.