Muchos temen también que un Johnson debilitado, no pueda gobernar en una época de tensiones económicas y sociales crecientes.
El primer ministro británico Boris Johnson bregaba el miércoles por mantenerse en el poder tras el remezón provocado a su gobierno por la renuncia de dos importantes ministros y varios funcionarios de menor jerarquía, que dijeron que ya no podían seguir trabajando para un mandatario empañado por escándalos.
Johnson es conocido por su extraordinaria habilidad para salirse de situaciones difíciles, pero una serie de acusaciones lo han llevado al borde del precipicio, y algunos legisladores oficialistas temen que un líder conocido por su afabilidad podría llevarlos a la derrota electoral.
Muchos temen también que un Johnson debilitado, que apenas sobrevivió a un voto de retiro de confianza el mes pasado, no pueda gobernar en una época de tensiones económicas y sociales crecientes.
En la sesión parlamentaria semanal de Preguntas al Primer Ministro el miércoles, legisladores laboristas le gritaron “¡váyase, váyase!”
Para peor, miembros de su propio Partido Conservador lo enfrentaron. El legislador Tim Loughton le preguntó si había algo que pudiera llevarlo a renunciar.
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“Francamente, la tarea del primer ministro en circunstancias difíciles, cuando se le ha dado un mandato colosal, es seguir adelante”, respondió Johnson.
Otros conservadores escuchaban en silencio, sin brindarle apoyo.
Este interrogatorio fue el primero de dos desafíos en la jornada. Aún le aguardaba una comparecencia programada hace tiempo para responder a las inquietudes de una comisión de legisladores jerárquicos.
Sus respuestas podrían indicar que una rebelión en ciernes a lo interno del Partido Conservador está adquiriendo fuerza para expulsarlo. También asoma en el horizonte la votación en un poderoso comité del partido que indicaría si los legisladores quieren impulsar un nuevo voto de retiro de confianza.
Los meses de descontento en el Partido Conservador por el juicio y la ética del mandatario estallaron el martes por la tarde con la renuncia del jefe del Tesoro, Rishi Sunak, y el secretario de Salud, Sajid Javid, con minutos de diferencia.