Sin Lukaku, todavía lesionado, el Inter es un equipo mucho menos dañino. Y sumado al nivel defensivo demostrado hasta el momento, el conjunto milanés se convierte en un equipo que sufre con facilidad.
Tras dos derrotas en sus primeros cinco partidos y un debut en Liga de Campeones para el olvido ante el Bayern (0-2), el Inter revivió este sábado de su agonía futbolística con un gol de Brozovic en los minutos finales ante el Torino (1-0), en un partido en el que el meta Handanovic fue capital para que los ‘nerazzurri’ llegaran con opciones de victoria al final del choque.
La primera mitad terminó con cero tiros a puerta por parte de los ‘nerazzurri’, maniatados por un Torino que con una trabajada presión individual a todo el campo complicó la salida de los de Inzaghi que, eso sí, fue mucho más fluida que ante el Bayern.
El ‘Toro’ sí fue capaz de encontrar puerta en sus disparos e, incluso, perdonó antes del descanso. Y en el fútbol eso siempre sale caro ante los grandes.
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De la mano de un muy lúcido Vlasic, el mejor jugador de los turineses, los visitantes generaron ocasiones claras de peligro que obligaron a Handanovic al máximo para mantener el empate con buenas paradas.
La de mayor dificultad, un tiro de falta de Ricardo Rodriguez que, desviado ligeramente, tuvo que salvar con los pies rectificando su caída, respondiendo con su brillante actuación a las críticas recibidas por su titularidad en este choque después de buen debut de Onana en Liga de Campeones.
Triunfo sufrido
Ya en la segunda mitad, después de un espeso y opaco primer acto, los ‘nerazzurri’ impusieron su juego, con Barella y Calanhoglu en el centro del campo intentando conectar con Lautaro y Dzeko, que en ocasiones dejaban el área muy descargada al bajar ambos a ayudar a la circulación en el centro del campo.
Entró Mkhitaryan en el centro del campo y terminó definitivamente con los problemas de la medular local, mejorando las circulaciones con criterio y sentido ofensivo, ayudado también por Correa en ataque, más dinámico que Dzeko.
Sin embargo, en los minutos finales parecía que el Torino, de nuevo, estaba más cerca del gol que el Inter. Pero volvió a perdonar. Mejor dicho, volvió a aparecer Handanovic para salvar los muebles en el 87 con un paradón bajo palos.
Hasta que llegó…
Pareció despertar el Inter a base de empuje en los minutos finales, pero como en el resto del encuentro, con la sensación de ser incapaz de materializar.
Hasta que apareció Brozovic en escena para, casi sobre la bocina, en el minuto 88, tirar un desmarque a la espalda de la zaga turinesa y hacer bueno el centro de Barella para superar con un ligero toque al meta Milinkovic-Savic y asegurarse los tres puntos en otro partido raso.
El Inter sigue en crisis, pero al menos no agoniza. Brozovic salvó a los suyos en San siro en el 88 y les da su cuarta victoria de la temporada en seis jornadas. Cerca de la cabeza de carrera mientras intenta poner solución a sus problemas.