La oxitocina es una de las hormonas que, al mencionar su nombre, nos evoca instantáneamente un evento crucial en la vida humana: el parto.
Este vínculo tiene sentido, ya que la oxitocina se administra a mujeres embarazadas para inducir el parto en situaciones médicas en las que no se puede esperar a que comiencen las contracciones de manera natural.
in embargo, esta hormona, no se limita únicamente al proceso de dar a luz, sino que se produce tanto en hombres como en mujeres, y aunque sus efectos varían en cada género, también presenta efectos comunes.
La hormona del amor: oxitocina
La oxitocina es conocida como la ‘hormona del amor’ y forma parte de las ‘hormonas de la felicidad’, un grupo con gran impacto en el estado de ánimo de las personas.
Esta hormona y neuropéptido se produce en el hipotálamo y se libera al torrente sanguíneo, influyendo de diversas maneras en el sistema nervioso en comportamientos sociales, emocionales, sexuales y parentales.
El nombre “oxitocina” proviene del griego, de las palabras “oxys” y “tokos“, que significan “nacimiento” y “rápido”, y hace referencia a su función durante el embarazo: estimular los músculos del útero para aumentar y acelerar las contracciones y facilitar el parto.
Se ha comprobado que el cuerpo libera oxitocina cuando entramos en contacto físico con otras personas, a través de acciones sociales e íntimas como abrazos o besos.
Desde el punto de vista psicológico, esta ‘hormona del amor’ está asociada a sentimientos de seguridad, mejora en las interacciones sociales y autoestima, y existen numerosos estudios que respaldan estas conexiones. Además, la oxitocina también desempeña un papel en los procesos de excitación sexual: sus niveles aumentan durante las relaciones sexuales y alcanzan su punto máximo durante el orgasmo, lo que provoca contracciones tanto en hombres como en mujeres.
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En los hombres, la ‘hormona del amor’ genera contracciones en la próstata y las vesículas seminales, mientras que en las mujeres afecta al útero.
Aunque la oxitocina no es la única hormona involucrada en la excitación sexual, desempeña un papel crucial y es una de las razones principales por las que los seres humanos desean tener relaciones sexuales.
Con información de La Razón de España
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