Desde muy pequeños, los niños y niñas expresan su deseo de ser grandes. Muchas veces se visten y calzan con los atuendos de los papás y juegan esencialmente a imitar los oficios y profesiones que ven desempeñarse a su alrededor.
También muestran sus aspiraciones y ante la pregunta “¿Que vas a hacer cuando seas grande?”, las respuestas no se dejan esperar y pueden variar desde astronauta, maestra, paseador de perros o doctor.
Siempre la identificación es con un rol y función desempeñada por otro adulto o persona que ellos consideren mayor que puede ser también, un primo o un hermano que estudie o trabaje y sobre todo salga de casa de manera autónoma y tome decisiones.
Aspectos culturales y sociales
Estas respuestas están influenciadas por aspectos culturales y sociales de cada familia y de cada región. También muchas veces los niños expresan la fantasía de cumplir los sueños que no realizaron sus papás, ser jugador de fútbol o bailarina, por ejemplo.
El deseo de ser grande es una experiencia universal en el desarrollo humano, pero las formas en que se manifiesta y se interpreta pueden variar entre diferentes culturas.
En algunas de ellas, hay fuertes expectativas sociales sobre el papel y las responsabilidades de los adultos. Los niños pueden desear ser grandes para cumplir con estas expectativas y contribuir con sus comunidades.
En otras culturas, alcanzar ciertas etapas de la vida, como la pubertad, se celebra como un rito de paso hacia la adultez. Los niños pueden desear alcanzar estos hitos para ser considerados adultos en su comunidad.
En culturas donde la educación se valora enormemente, los niños pueden desear ser grandes para acceder a oportunidades educativas avanzadas y tener carreras en el futuro.
También los niños y niñas pueden desear ser grandes para asumir roles específicos asignados por mandatos sociales a determinados géneros, como la paternidad, maternidad o ciertas responsabilidades domésticas o comunitarias.
Por otra parte y como contracara, al tener las mujeres roles limitados, muchas niñas pueden desear ser grandes para desafiar estas limitaciones y tener una voz y una agencia propia en lo social.
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Desde siempre los niños y niñas han imitado conductas de sus personas cercanas y también de TV y el cine. Con la globalización y el acceso generalizado a las redes sociales esto se ha profundizado y los niños se ven más influenciados por modelos a seguir y estilos de vida que los modelan desde las pantallas.
Con información de Revista Médica
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