Lady Gaga ha vuelto a demostrar por qué es una de las artistas más influyentes de nuestra era. En la primera jornada de Coachella 2025, la cantante ofreció un espectáculo apoteósico que marcó su regreso al mundo de la música tras cinco años de silencio. Su último trabajo discográfico fue Chromatica en 2020.
La neoyorkina, de 39 años, volvía a sus orígenes y deleitaba con una actuación cargada de teatralidad y emoción, recordando a la Lady Gaga de los viejos tiempos.
Ni la ola de calor que azota el desierto de Indio (California) estos días, donde se celebra el festival, impidió que el público, totalmente entregado, disfrutara de este show que celebraba el regreso de Gaga a este escenario y reafirmaba su estatus como ícono global.
Abrió su actuación con el Bloody Mary, que se viralizó en 2023, gracias a la serie Miércoles. Ataviada con un vestido rojo y rodeada de gárgolas, Gaga dio inicio a un espectáculo dividido en seis actos, cada uno con una narrativa única.
Así, se fueron sucediendo desde clásicos como Poker Face y Born This Way o los míticos Bad Romance o Alejandro, que la catapultaron a la fama, hasta temas de su nuevo álbum Mayhem, como Abracadabra y Perfect Celebrity, creando una atmósfera única donde la artista combinó música, danza y arte visual.
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Bailó con esqueletos y muertos vivientes, se puso pelucas, tocó el piano, la batería… Sin duda, su puesta en escena conquistó a las más de 100.000 que no quisieron perderse su apoteósico regreso a los escenarios después de varios años dedicada a la interpretación.
Con información de Globovisión