Mientras que el impacto neurológico de una lesión cerebral traumática (LCT) ha sido estudiado durante mucho tiempo, una nueva investigación sugiere que estas lesiones también son perjudiciales para el corazón.
El equipo de investigación examinó más detenidamente las conexiones entre los dos órganos, descubriendo que la disfunción del sistema nervioso, la neuroinflamación, los cambios en la conexión cerebro-intestino y los problemas de salud posteriores al traumatismo pueden aumentar el riesgo de disfunción cardiovascular y cognitiva (cerebral) para los sobrevivientes de una LCT.
La detección temprana y la atención preventiva pueden ayudar a contrarrestar estos resultados adversos, añadieron los investigadores.
“A pesar de décadas de amplias investigaciones centradas en las lesiones cerebrales traumáticas, sorprendentemente, ha habido un progreso mínimo en la mitigación de los resultados a largo plazo y la mortalidad después de las lesiones. Los efectos cardiovasculares de las LCT podrían ser un eslabón perdido en el avance de nuestros esfuerzos para mejorar la calidad de vida a largo plazo y reducir las tasas de mortalidad en pacientes con LCT”, dijo el primer autor del estudio, el doctor Saef Izzy, del Centro de Accidentes Cerebrovasculares del Brigham and Women’s Hospital, en Boston.
“Tenemos la oportunidad de identificar y mejorar la detección dirigida a poblaciones de alto riesgo, construir estrategias de atención preventiva y mejorar los resultados para los sobrevivientes de LCT”, añadió en un comunicado de prensa del hospital.
La lesión cerebral es una de las principales causas de discapacidad a largo plazo y muerte prematura, especialmente entre el personal militar y aquellos que practican deportes de contacto.
Si bien las investigaciones existentes han identificado una fuerte relación entre la LCT y diversas condiciones neurológicas, como la enfermedad de Alzheimer y la demencia, gran parte de su efecto sobre otras enfermedades todavía es poco comprendido, señalaron los autores del estudio.
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Estos investigadores sugieren que las disfunciones cardiovascular, cardiometabólica y endocrina pueden contribuir a la enfermedad neurológica décadas después de una LCT.
Con información de Infobae
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