Después de llegar a Kiev y escuchar el sonido de las sirenas antiaéreas, los gobernantes de Francia, Alemania, Italia y Rumania se dirigieron a Irpín.
Cuatro mandatarios europeos realizaron una visita a Ucrania para mostrar su apoyo a la nación, y condenaron la invasión rusa como una brutalidad mientras observaban los escombros en un suburbio de Kiev que fue escenario de combates intensos al principio de la guerra y en el que murieron muchos civiles.
Después de llegar a Kiev y escuchar el sonido de las sirenas antiaéreas, los gobernantes de Francia, Alemania, Italia y Rumania se dirigieron a Irpín, un suburbio de Kiev que fue capturado brevemente por las tropas rusas junto con otras zonas cercanas a la capital.
Se han desenterrado cadáveres en fosas comunes en la zona, sobre todo en Bucha, y el presidente francés, Emmanuel Macron, condenó las “masacres” cometidas por las fuerzas rusas, afirmando que había indicios de crímenes de guerra.
Macron denunció la “barbarie” de los ataques que asolaron el barrio y elogió el valor de los residentes de Irpín y otros suburbios de Kiev, que impidieron la llegada de las fuerzas rusas a la capital.
La visita, que incluyó una reunión con el presidente Volodymyr Zelenskyy, tuvo una enorme carga simbólica, ya que las tres potencias de Europa Occidental han enfrentado críticas recurrentes por continuar interactuando con el presidente ruso, Vladimir Putin, y por no enviar al país el nivel de armamento que reclama el presidente para enfrentar a los rusos.
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Las armas occidentales fueron clave para que Ucrania lograra sorprendentemente evitar que los rusos tomaran la capital, pero las autoridades han dicho que se necesitará mucho más si quieren expulsar a las fuerzas rusas de toda Ucrania.
Los mandatarios también han sido señalados por no haber visitado Kiev antes. En las últimas semanas y meses, otros líderes europeos realizaron el largo viaje por tierra para mostrar su solidaridad con una nación atacada, incluso en momentos en que los combates estaban más cerca de la capital que ahora.
La visita se efectuó mientras los ministros de defensa de la OTAN se reunían el jueves en Bruselas para analizar más ayuda militar para Ucrania. Muchos esperaban en Ucrania que la visita de los gobernantes europeos pudiera marcar un punto de inflexión que abra el camino a nuevos y significativos suministros de armas, particularmente después de que verificaron personalmente la devastación de la guerra.