El presidente de Datanásis, Luis Vicente León asegura que no se está hablando de la desaceleración de la economía, sino de la caída del consumo.
La ralentización de la economía desde el último trimestre de 2022, está asociado con la caída del consumo que llega al 20% este primer trimestre de 2023.
El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, señaló que a pesar de que la economía en el 2022 «creció en neto positivo, el último trimestre había sido el peor del año, se había ralentizado el proceso económico y arrancamos enero y febrero con una situación negativa».
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En ese sentido, comentó que «no estamos hablando de desaceleración» de la economía nacional, «sino de una caída en el consumo», el cual llega hasta el 20%.
Apuntó que el 85% de la población venezolana tiene ingresos bajos, siendo el sector más afectado por el aumento de precios y la inflación.
En cuanto a los desafíos del sector comercio para superar la actual situación económica, sostuvo que este primer trimestre del año probablemente será negativo para el país.
Sin embargo, acotó que falta mucho por ver en el resto del año: «Venezuela va a recibir unos ingresos petroleros significativos. Esto producto de las licencias que fueron autorizadas y que pudieran estar representando cerca de US$8.000 millones, la licencia de Chevron, al cierre del 2023».
Manifestó que estima que el segundo semestre del año «será mejor» y resaltó que espera un incremento en los ingresos petroleros. «Creo que los precios van a comenzar de alguna manera a ceder», indicó en VPI TV.
Negociación y la flexibilización
El también analista político precisó que el gobierno congela las negociaciones para presionar más concesiones de Estados Unidos «para avanzar en el plano político».
«EE. UU. siente que no ha recibido nada de Maduro a cambio de las licencias y paraliza los avances. En el medio la economía corre peligro», alertó.
Aseveró que el gobierno venezolano «parece no entender que la ventana de oportunidad para las negociaciones económicas se cierra en meses. Una vez que arranca el ciclo de la campaña presidencial en EE. UU. y el tema antiMaduro vuelva a ser candente en Florida, determinante en el financiamiento de partidos americanos».
«El gobierno americano no parece entender que las concesiones de control petrolero que entregó el gobierno venezolano. Y que fueron aprobadas en los contratos entre la empresa privada y PDVSA. Fueron enormes y muy difíciles de aprobar internamente porque restó poder y recursos a la revolución», enfatizó.
Recalcó que «no es verdad que esas licencias generarían movimientos de apertura política inmediata por parte del Gobierno venezolano. Eso estuvo claro siempre. Lo importante era restablecer los canales de negociación en la economía para abrir espacios a las nuevas negociaciones políticas».
León aclaró que esas negociaciones «arrancan otra vez y ninguna de las partes puede pensar que la otra le debe algo, pues su negociación previa está compensada».
«Sin más negociaciones, el gobierno venezolano pierde oportunidades de mejoras útiles para su campaña. Pero la ausencia o retroceso en esas negociaciones haría innecesaria esa campaña, porque los riesgos de nicaragüización se exponenciarían», acotó.
Igualmente, apuntó que «la amenaza de revertir la flexibilización petrolera no va a generar cesión oficial, sino radicalización política. Y se pulverizarían las posibilidades de una elección 2024 con algunos avances políticos (porque el escenario de transparencia y competitividad electoral no existe)».
«El mejor escenario es romper el círculo vicioso y restablecer un ambiente de negociación que abra espacios para obtener flexibilización política y económica parcial (en cualquier orden). El peor escenario es regresar a lo que nunca funcionó: todo o nada. Y parece que ahí estamos», escribió en Twitter.
Con información de Banca y Negocios