La experiencia de Magallanes en Miami cerró con broche de oro. Los turcos se llevaron el título en la primera edición del Choque de Gigantes.
El loanDepot Park de Miami es el noveno estadio más difícil para conectar jonrones en las Grandes Ligas. Jacob Rhinesmith tenía un vuelacerca cada 60 largos turnos en su carrera profesional. Ese fue un ejercicio matemático que el estadounidense se encargó de triturar el domingo, cuando encumbró a Navegantes del Magallanes como el primer campeón del Choque de Gigantes.
El estadounidense se aproximó al cajón de bateo en la parte alta de la décima entrada ante Criollos de Caguas con la pizarra igualada a dos carreras. Encontró a Angelo Castellano en la segunda base como corredor de la regla de desempate y, en principio, intentó moverlo con un toque de bola, pero conectó un foul al primer envío del derecho Jesús Ortiz.
A partir de entonces, la seña cambió. Rhinesmith dejó pasar tres envíos sucesivos en zona mala, antes de hacer swing a una recta de cuatro costuras que transformó en cuadrangular hacia el jardín derecho a una distancia de 379 pies, con una velocidad de salida de 98,6 millas por hora, para marcar la diferencia en el triunfo del Buque 4-3 ante los puertorriqueños.
“Estaba buscando un pitcheo en la zona, porque sé que detrás de mí venía un gran bateador (Renato Núñez)” relató a One Baseball Network el oriundo de Minnesota, quien ingresó como bateador emergente en el encuentro por Alberth Martínez. “Quiero agradecer al staff de coaches por darme la oportunidad de venir y disfrutar de esta manera mi primera experiencia en el beisbol invernal. Los fanáticos son lo máximo”.
Así fue la experiencia de Magallanes en Miami
Magallanes ganó a equipos de las tres ligas participantes del certamen de exhibición: Leones del Caracas (LVBP), Estrellas Orientales (LIDOM) y Criollos. Pero en cada uno de esos casos comenzó perdiendo el desafío.
En el duelo dominical, los boricuas bautizaron el score en el segundo episodio, capitalizando un par de errores defensivos de Angelo Castellano en la tercera base.
Sin embargo, la Carabela reaccionó en el séptimo episodio, con un doble hacia el leftfield de Carlos Rodríguez frente a Luis González, que impulsó a Tito Polo y Luis Suisbel desde la segunda y primera base, respectivamente, para igualar las acciones.
El lauro se lo acreditó Wilking Rodríguez, el séptimo de ocho brazos usados por el piloto Pérez, quien trabajó una entrada en blanco con un ponche a su cuenta. Mientras que el salvado se lo anotó el siniestro Hernández, con su labor en el dramático décimo inning.
La derrota, a su vez, recayó en Jesús Ortiz, sexto y último lanzador de Caguas, que recibió el estacazo de vuelta entera de Rhinesmith.
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Tras proclamarse campeón del Choque de Gigantes en el mismo escenario en el que Tiburones de La Guaira se alzó con el título de la Serie del Caribe en febrero, Magallanes regresará a Venezuela para enfrentar el martes en Barquisimeto a Cardenales de Lara, en la reanudación de su camino en la LVBP.
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