Luego de tres agónicos días de votaciones Kevin McCarthy propone a sus compañeros Republicanos un acuerdo para lograr la votación.
Comenzaron a emerger los contornos de un acuerdo que convertiría al líder republicano Kevin McCarthy en el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Luego de tres días agotadores y 11 votaciones fallidas, en un espectáculo político que no se había visto en un siglo. El proceso ha dejado a los republicanos en medio del caos y ha expuesto nuevamente la fragilidad de la democracia estadounidense.
La Cámara de Representantes volverá a sesionar el viernes, con los republicanos tratando de elegir a su nuevo presidente. Esta vez, teniendo como telón de fondo el segundo aniversario del fatal asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
El ataque fue una inimaginable escena caótica que sacudió al país. Una muchedumbre de partidarios del entonces presidente Donald Trump trató de impedir que el Congreso certificara su derrota.
McCarthy no hizo promesas sobre una votación final que le asegure el cargo de presidente de la cámara baja. Pero estaban surgiendo destellos de un acuerdo con al menos algunos de los congresistas de ultraderecha que le han negado su apoyo.
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“Estamos avanzando”, aseguró McCarthy el jueves por la noche, ante las preguntas sobre el largo y desordenado proceso. “Lo importante no es cómo empieza, sino cómo termina”, agregó.
La oferta de acuerdo que presentó McCarthy a los legisladores republicanos del grupo Freedom Caucus. Se centra en los cambios de reglas que han estado buscando desde hace meses. Esos cambios reducirían el poder de la oficina del presidente de la cámara baja. Darían a los legisladores de base más influencia en la creación y aprobación de leyes.
Incluso si McCarthy es capaz de obtener los votos que necesita, surgirá como un presidente debilitado. Por haber cedido algunos poderes y estará constantemente bajo la amenaza de ser expulsado por sus detractores. Sin embargo, también estará potencialmente envalentonado, al ser un sobreviviente de una de las peleas más brutales por el cargo.
El punto central del acuerdo emergente es el restablecimiento de una regla de la Cámara de Representantes. Que permitiría a tan solo un legislador presentar una moción para “desocupar la silla”. Convocando esencialmente a una votación para expulsar al presidente de la cámara baja.