Un centenar de migrantes venezolanos son trasladados hasta Ciudad de México, para aliviar la frontera.
En un intento por aliviar la presión sobre la frontera norte ante la gran cantidad de migrantes expulsados de Estados Unidos las autoridades mexicanas iniciaron el traslado a la Ciudad de México de cerca de un centenar de venezolanos.
Las autoridades migratorias mexicanas embarcaron en dos autobuses a un primer grupo de venezolanos, que fue expulsado el jueves de Estados Unidos, y los trasladó desde la ciudad fronteriza de Matamoros, estado de Tamaulipas, hasta la sede de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), en el centro de la capital mexicana.
Sin alimentos y ninguna protección para el frío, y totalmente desorientados, fueron dejados el sábado cerca de un centenar de venezolanos frente a las puertas de la COMAR que durante el fin de semana no trabaja.
“Nos ofrecieron toda la ayuda. Un albergue mejor porque en Matamoros no contaban con instalaciones y logística, pero nos engañaron, y ahora estamos aquí en la calle solo con lo que tenemos puesto”, dijo a The Associated Press Tearrán Acevedo, un venezolano de 32 años, al quejarse del frío y hambre que pasó tras su arribo a la Ciudad de México.
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Acevedo reconoció que tras dejar hace dos meses su familia y hogar en el estado venezolano de Anzoátegui y vender su motocicleta, que era su único bien, ahora su destino es incierto.
“Me vine para cumplir un sueño americano, y se me ha convertido en una pesadilla”, indicó el venezolano al relatar que se quedó sin dinero debido a que todos sus ahorros, unos 4.500 dólares, se los dejó a varios traficantes de migrantes y funcionarios en su recorrido desde Colombia, pasando por Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala, hasta la frontera norte de México, y perdió su único documento de identificación al entregarlo a las autoridades estadounidenses cuando fue detenido a finales de septiembre al ingresar ilegalmente por el estado de Texas.
Sin nada
Vestido con una camiseta de algodón y un pantalón deportivo, que le dieron las autoridades estadounidenses durante los seis días que estuvo detenido en cinco retenes, donde aseguró que durmió en el piso, Enmanuel Colombo, un migrante venezolano de 34 años, afirmó que “a Venezuela no puedo volver porque en realidad quedé en cero, sin ningún trabajo ni manera de ejercer mi profesión de mecánico industrial”.
Colombo señaló que mientras realiza los trámites migratorios para volver a Estados Unidos buscará un empleo en México para enviarle dinero a su esposa y tres hijos que dejó en la localidad venezolana de Turmero, estado Aragua. “Necesito darle estabilidad a mi familia porque vendí mi casa para venirme a Estados Unidos, y los dejé en la calle”, precisó.
Poco antes del anochecer autoridades mexicanas se presentaron en la COMAR para trasladar al grupo de venezolanos a diferentes albergues de la Ciudad de México mientras esperan el inicio de sus trámites migratorios.