El intérprete estadounidense falleció en la República Dominicana, donde rodaba una película.
Hay actores marcados por un personaje. Para bien, porque su carrera encontró una joya, para mal, porque el tiempo y las malas películas derrotan las esperanzas de otro gran éxito.
Ray Liotta logró su cúspide con el drogadicto y desquicidado Henry Hill de Uno de los nuestros (Goodfellas), de Martin Scorsese, y no pudo llegar más lejos.
O el público no tuvo en cuenta algunos otros espléndidos trabajos, como su aparición en Time of Death, uno de los mejores episodios de la sensacional serie de televisión Urgencias, que le llevó a ganar hasta un Emmy.
Liotta nunca se quejó, siguió adelante hasta morir hoy jueves durmiendo, a los 67 años, en su habitación en un hotel en República Dominicana, donde estaba rodando la película Aguas peligrosas.
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Con todo, Raymond Allen Liotta deja una filmografía con más trabajos interesantes, casi todos a través de personajes turbios o criminales.
Les pasa a la mayoría de actores, los villanos parece que sobresalen aunque el actor haya hecho los dos. De Al Pacino lo que más se recuerda es Tarde de perros o El padrino, más que los tipos buenos que ha interpretado”.
Liotta solía contar una anécdota referida a Uno de los nuestros que hoy suena macabra:
“Lo más fuerte que me ha pasado fue esa vez que contactaron con mi representante para preguntarle por mi repentina muerte. Llamó a mi casa aterrado, cogí el teléfono y solo me dijo: ‘Menos mal’. El que había muerto era el verdadero Henry Hill”.
La noticia de su muerte la ha dado este jueves su única hija, la también actriz Karsen Liotta.