La última línea eléctrica que conectaba la planta a la red eléctrica ucraniana se cortó el lunes, dejando a la central sin una fuente de electricidad externa.
La mayor central nuclear de Europa operaba el viernes en modo de emergencia por quinto día consecutivo, lo que llevó al jefe del organismo de vigilancia atómica de la ONU a pedir el establecimiento inmediato de una zona de seguridad alrededor de la planta para prevenir un accidente nuclear.
La central nuclear de Zaporiyia con sus seis reactores quedó el bajo control de las fuerzas rusas poco después del inicio de la invasión de Moscú en febrero, pero su funcionamiento depende del personal ucraniano. El complejo y las zonas colindantes han sido alcanzadas repetidamente por bombardeos de los que el Kremlin y Kiev se culpan mutuamente.
La última línea eléctrica que conectaba la planta a la red eléctrica ucraniana se cortó el lunes, dejando a la central sin una fuente de electricidad externa y recibiendo la energía para mantener sus propios sistemas de seguridad del único de sus seis reactores que sigue funcionando.
La reparación de las líneas exteriores es imposible debido a los bombardeos y el hecho de que la central funcione en el llamado “modo isla” conlleva “el riesgo de violar los estándares de seguridad contra la radiación y los incendios”, explicó el viernes el operador nuclear estatal, Energoatom.
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“Solamente la retirada de los rusos de la planta y la creación de una zona de seguridad a su alrededor pueden normalizar la situación en la central nuclear de Zaporiyia. Solo entonces el mundo podrá respirar”, afirmó Petro Kotin, director de Energoatom, en declaraciones a la televisión ucraniana.
Kotin dijo el jueves en una entrevista con The Associated Press que el único reactor en funcionamiento “se puede detener en cualquier momento” y en ese caso sólo quedaría un generador diésel como fuente de energía.
Hay 20 generadores en el lugar y combustible diésel suficiente para 10 días. A partir de entonces, se necesitarían diariamente unas 200 toneladas de combustible para los generadores y ese abastecimiento sería “imposible” mientras las fuerzas rusas sigan ocupando la planta, añadió.
Rafael Mariano Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dijo el viernes que había escasas probabilidades de reconectar fuentes de energía externas confiables a la planta. “Hay una situación insostenible y se vuelve cada vez más precaria”, advirtió Grossi.
Reclamó un “cese inmediato del cañoneo en toda la zona” y la instalación de una zona de protección y seguridad nuclear. “Esta es la única manera de garantizar que no enfrentaremos un accidente nuclear”, acotó.