El enviado de Naciones Unidas para Colombia, Carlos Ruiz calificó de “audaz” el planteamiento de “paz total” de Petro.
Las Naciones Unidas calificaron el miércoles de “alentadora” la decisión del presidente colombiano Gustavo Petro de reanudar el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y dieron la bienvenida a un “nuevo escenario de oportunidades renovadas” para lograr la paz en Colombia.
Carlos Ruiz, enviado de Naciones Unidas para Colombia, dijo durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que con la voluntad de Petro y el ELN, además del apoyo de la sociedad colombiana, “será posible poner fin a un conflicto que ha durado décadas”.
“Confío en que Colombia puede demostrar al mundo, una vez más, que no hay mejor alternativa para poner fin a los conflictos que la vía del dialogo”, dijo.
El acuerdo de paz de 2016 entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos acabó con medio siglo de conflicto armado. Sin embargo, varios grupos armados ilegales siguen usando la violencia para mantener control sobre rutas de narcotráfico. Estos grupos son principalmente los disidentes de las FARC, el Clan del Golfo y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El Consejo de Seguridad revisa trimestralmente la situación del proceso de paz en el país latinoamericano, donde más de 13.000 excombatientes entregaron las armas.
Durante su discurso del miércoles, Ruiz habló de los colombianos que sufren por la amenaza constante que supone la presencia de actores armados ilegales y la carencia de servicios básicos en zonas rurales o peligrosas.
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“Por eso saludo la voluntad del gobierno de adoptar un nuevo enfoque de seguridad humana orientado precisamente a fortalecer el despliegue integral del estado, la confianza de la ciudadanía en las instituciones civiles y la fuerza pública y en desactivar progresivamente las causas que originan la violencia”, indicó.
Ruiz calificó de “audaz” el planteamiento de “paz total” de Petro, que busca cimentar el camino para posibles negociaciones y acuerdos con grupos armados ilegales.
El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Alvaro Leyva, participó en la reunión y denunció el flagelo del narcotráfico en su país. Habló del programa de Petro de revisar el enfoque en la lucha contra la drogas al priorizar ahora la sustitución voluntaria de cultivos de hoja de coca frente a la erradicación forzosa.
“La demanda incontrolada internacional por razones de vicio no nos deja estar tranquilos. Siembra muerte y desolación”, señaló el canciller.
En la reunión también participó Elisabeth Moreno, representante legal del Consejo Comunitario General del San Juan (Acadesan), quien habló en nombre de comunidades negras e indígenas en Colombia. Moreno denunció que éstas comunidades sufren el abandono del estado, el cual no garantiza sus derechos humanos y al mismo tiempo destruye el medio ambiente.
Por su parte, el embajador Jeffrey DeLaurentis, asesor de asuntos políticos especiales de la misión de Estados Unidos ante la ONU, pidió que se trabaje para mejorar la situación de la violencia en Colombia. Enumeró varios asesinatos de policías y de defensores de derechos humanos en el país sudamericano y dijo que 11 ex combatientes de las FARC fueron asesinados en julio, el mes más sangriento —indicó— para excombatientes desde el 2019.
“Es crucial que Colombia evite retroceder en seguridad ya que la inseguridad empañará la habilidad de hacer frente a otras provisiones del acuerdo de paz (de 2016)”, consideró DeLaurentis.