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martes, abril 23, 2024

Pablo Milanés

“el canto dedicado a su viñedo”
Is. 5:1


De nuevo la odiosa parca nos trae la mala nueva de un evento inevitable para todos, aún cuando este caso lo esperabamos por los severos quebrantos de salud que desde hace un lustro venía padeciendo, los medios esparcieron la fatal noticia el lunes bien temprano, la desaparición física de uno de los ídolos del canto de habla hispana: el genial cantor, Pablo Milanés.

El estilo, tono, armonía ritmica, acento musical y las letras de sus piezas fueron desde nuestra juventud convertidos en consecuentes seguidores de sus creaciones e interpretaciones. Hombre de nuestra misma generación biológica, coincidiendo con nuestro despertar en el mundo político, en cuyos inicios estuvo arraigada con la solidaridad al proceso revolucionario cubano y su independencia política.

Creíamos que aquel acontecimiento marcaría el inicio de un mundo mejor no dependiente a centro de poder, un mayor porvenir a nuestra población latinoamericana. La acción heróica en la Sierra Maestra, fue aplaudida por nuestro nuevo continente. Aqui en Venezuela, Fidel Castro, líder del acontecimiento, fue invitado en 1959 por el entonces Presidente de la República, Rómulo Betancourt. El 27 de enero en un majestuoso recibimiento le fue ofrecido en la plaza El Silencio en Caracas, con una inmensa multitud, pronunció un discurso incendiario, mayormente nutrida por jóvenes, fue el anuncio de la ruptura contra la opresión e injusticia. Venezuela tenía una reciente experiencia similar el 23 de enero del año anterior.

La vivencia de esa gesta y el evento incidieron (ya se incubaba un malestar interno) que toda una generación brillante , asumiera al año siguiente las ideas marxistas-leninistas que asumió el líder cubano. De las propias filas del partido de Betancourt, Acción Democrática que sufrió un gran desprendimiento al declararse el Buró Juvenil y algunos miembros del Comité Ejecutivo Nacional, con el sueño de la revolución, escisión que decretó la fundación del partido Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), coincidiendo luego y copiando el modelo cubano con una estrategia aparatosa y equivocada de insurrección armada, aún con diferencias conceptuales con el Partido Comunista de Venezuela (PCV).

Años inmediatos, luego de duras reflexiones, ambas organizaciones reconocieron su fracaso político y militar primero el PCV, que produjo ruptura con Fidel Castro y luego el MIR. Ambos se acogieron a un proceso de pacificación propiciado en 1969 por el presidente, Rafael Caldera.

En la década de los inmediatos años finales de los años 60 de ese siglo, insurge el canto de Pablo Milanés coincidiendo con el de nuestro Alí Primera, estilos diversos pero ambos trascendieron. El de Alí más vivencial y testimonial el de Pablo en resaltar las bondades de la revolución y la exaltación de la poesía y el amor, en esta segunda parte coincidente con Primera.

En nuestra condición de irreverantes, asumimos las dos visiones. A la de Pablo, a la que hoy me refiero por su sensible e irrepetible tono y el contenido amoroso que imprimía sus piezas. Estabamos imbuidos en una etapa de bohemia y de sueños.

Por ello, a pesar de la luz del tiempo, nos ha permitido madurar y con ello otra percepción de la política, entre ella una diferente sobre el proceso cubano que se convirtió en una gran frustración, conducido a un régimen oprobioso, represivo y cercenador de libertades, del que el propio Pablo se fue distanciando y convertido en severo crítico, hasta el punto que se autoexilió en Madrid, precisamente la ciudad donde expira.

Milanés, impuso un estilo único, inimitable, fundador de la prestigiosa agrupación ” La Nueva Trova Cubana” ( nueva, la original fue creada por el compositor cubano José Sànchez a mediados del siglo XIX) esta en 1967 en compañía de Silvio Rodríguez, Vicente Feliu, Rafael de la Torre, Leo Browner, Noel Nicola y otros, luego se convirtió en solista, en ambas etapas imprimiendo poesía y nada más. Nada de retórica ni preceptos. Libertad o libertinaje. Como si se tratase de una verdadera mujer, lo esencial es que viva. Que viva plenamente. Lo mismo ocurre con la poesía. Por falta de libertad había vivido la pobrecita aterrada ante tantas reglas. Con la fuerza de Pablo, saltó libre e hizo lo que le dió la gana. Que viva, eso es lo esencial.

Le dio sentido a la temática espiritualista que nos trae como el sentimiento religioso de la alegría, de crear o buscar un hondo sentido de la vida, una tranquilidad que está fuera del fanatismo sectario. Aunque tenga una profunda palpitación política. Esta tendencia nos da su más expresivo mensaje. Pablo, dueño absoluto de todos los secretos de la música, complementada con la garra del ritmo y la inspiración. Su polifonismo en las que las palabras reflejan impresiones de sonidos con sabias alteraciones en el que el sonido se convierte en color radiante hasta el punto de ser expresivo.

Ese fue su gran mérito, más que ningún otro, en la que la fusión del compás natural e instintivo, evocación de la sonoridad con el ritmo númerico y esa entonación parece la más propia para cantar los temas más trascendentes de la vida y encontrarlas en diversas formas realizadas con sello original del cantautor, de allí su universalidad.

La partida de Milanés, es sentida con tristeza por parte del continente hispano en hombres y mujeres de diverso pensamiento político. Su huella universal quedará plasmada para siempre. Su canto trasciende hacia la eternidad.

Pablo, gracias por tu maravilloso aporte existencial.
¡ Bienvenido tu paso musical al paraíso!

P.D. propicia la oportunidad para invitarles a la presentación del libro de mi autoría:” La Aurora Coriana de Luis Alfonso Bueno” el día viernes 2 de diciembre a las 10 am en el Ateneo de Coro

Laura Arismendi
El periodismo...mi forma de vida.

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