La incorporación de mujeres es un paso importante en respuesta a los reclamos de acabar con una jerarquía de la Santa Sede puramente masculina.
El papa Francisco el miércoles designó a tres mujeres como integrantes de la oficina que revisa los nombramientos de obispos, en un paso más para dar voz a las mujeres en la gobernanza de la Iglesia Católica.
El Dicasterio para los Obispos supervisa el trabajo de la mayoría de los 5.300 obispos de la iglesia que dirigen diócesis en todo el mundo. Los miembros del dicasterio —cardenales, obispos y ahora mujeres— se reúnen periódicamente para evaluar los nombramientos enviados por los embajadores del Vaticano. Los embajadores envían generalmente una terna de candidatos para cada puesto vacante después de consultar con los feligreses locales.
El papa, que tiene la última palabra, puede descartar los candidatos de los embajadores aprobados por el dicasterio. Pero la incorporación de mujeres es un paso importante en respuesta a los reclamos de acabar con una jerarquía de la Santa Sede puramente masculina y dar a las mujeres más voz en las decisiones.
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Una de las nuevas integrantes es la hermana Raffaella Petrini, que tiene un puesto importante como secretaria general de la Ciudad Estado Vaticano, a cargo de los museos y otras funciones administrativas del territorio.
Otras son la hermana Yvonne Reungoat, exsuperiora general de las Hijas de María Auxiliadora, también llamada Hermanas Salesianas; y la laica María Lia Zervino, presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Católicas Femeninas.
La doctrina de la iglesia reserva el sacerdocio a los hombres porque los apóstoles de Cristo eran todos hombres. Las mujeres se quejan con frecuencia de que tienen un estatus inferior en la iglesia, a pesar de que hacen la mayor parte del trabajo al dirigir escuelas y hospitales y trasmitir la fe de generación en generación.