Aunque se trata de un gobierno de izquierda, Petro ha dado cabida en el gabinete ministerial a más corrientes políticas y en el Congreso las mesas directivas también serán diversas e incluirán a los que se sumaron recientemente a la coalición.
El presidente electo Gustavo Petro logró dar vuelta a la hoja y obtener la mayoría del nuevo Congreso que se posesiona el miércoles y que será clave para sacar adelante sus ambiciosas reformas, mostrando que en Colombia incluso el primer gobierno de izquierda en su historia comienza su mandato con apoyo parlamentario, como es usual para los gobernantes de turno.
El Congreso es bicameral, tiene 108 senadores y 187 representantes a la Cámara, pero a diferencia del anterior tendrá por primera vez 16 escaños destinados a las víctimas del conflicto armado, una representación inédita de la izquierda y casi el 30% de los escaños ocupados por mujeres.
La recomposición de fuerzas políticas en el país se dio en las recientes elecciones, en marzo se celebraron las legislativas y en junio el balotaje que le dio la victoria a Petro en la presidencia, en reemplazo del actual presidente conservador Iván Duque que entrega el poder el 7 de agosto.
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Los analistas vaticinaban una complicada gobernabilidad para Petro. Aunque logró 20 escaños en el Senado con su movimiento Pacto Histórico, consiguiendo ser la bancada más numerosa, y 29 en la cámara baja, necesitaba apoyos políticos con el centro y la derecha para conformar mayorías.
Petro generó durante la campaña política resistencias en un sector de la población que desconfiaba de su pasado como insurgente, fue militante de la extinta guerrilla M-19, en un país que vivió décadas de conflicto armado con guerrillas de izquierda. Además, retó al establecimiento y propuso reformas estructurales en materia de pensiones, impuestos para las capas más adineradas, tenencia de la tierra y del modelo extractivista.
Sin embargo, con acuerdos políticos logró poner de su lado a las bancadas más poderosas y numerosas de los partidos tradicionales que no lo apoyaron en campaña como el Liberal, dirigido por el expresidente César Gaviria, y una parte del Conservador, con ideas políticas bastante alejadas del progresismo y la izquierda. Ahora, se suman al partido Verde, la Alianza Social Independiente y Comunes, el partido formado por los excombatientes de la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que dejaron las armas en el 2016.
Otros partidos de la centro derecha como La U o Cambio Radical aún no han definido si se unirán a la coalición de Petro.